La bibliotecaria de Auschwitz de Antonio Iturbe
Abrir un libro es subirte a un tren que te lleva de vacaciones.
|
Calificación promedio: 5 (sobre 66 calificaciones)
/TRANSVERSAL'23 - VI JORNADAS DE LITERATURA LE MERIDIEN RA Gabi Martínez y Santiago Beruete Modera: Antonio Iturbe No se trata de una moda ni de un nuevo motivo argumental, la naturaleza ha sido objetivo literario desde finales del siglo XVIII, pero la realidad en la que nos encontramos ha aumentado el interés por un género al que se han acercado diferentes voces que, mediante el ensayo o la literatura de no ficción, han tratado el tema de la naturaleza desde una perspectiva medioambiental, social y filosófica.
La bibliotecaria de Auschwitz de Antonio Iturbe
Abrir un libro es subirte a un tren que te lleva de vacaciones.
|
La bibliotecaria de Auschwitz de Antonio Iturbe
Quería decir si le parece que realmente es quien aparenta. El profesor medita un instante. - No, no lo es. -¿No es quien parece ser? - No. Tampoco yo lo soy. Ni usted. Nadie lo es. Por eso Dios hizo que los pensamientos fueran mudos, para que sólo los pudiéramos oír nosotros mismos. Nadie debe saber qué es lo que pensamos en realidad. Siempre que yo digo lo que pienso, la gente se enfada mucho conmigo. |
La bibliotecaria de Auschwitz de Antonio Iturbe
Cada vez que alguien se detenga en una esquina a contar algo y unos niños se sienten a su alrededor a escuchar, allí se habrá fundado una escuela.
|
La bibliotecaria de Auschwitz de Antonio Iturbe
Dita sólo hace unos días que es la bibliotecaria, pero parecen semanas o meses. En Auschwitz el tiempo no corre, se arrastra. Gira a una velocidad infinitamente más lenta el resto del mundo. Unos cuantos días en Auschwitz que convierten un pardillo en un veterano. También pueden transformar un joven en un viejo, o una persona robusta en un ser decrépito.
|
La bibliotecaria de Auschwitz de Antonio Iturbe
“Hasta que no nos vimos con un trozo de pan en la mano, creímos que nos estaban llevando a la cámara de gas”
|
La bibliotecaria de Auschwitz de Antonio Iturbe
Auschwitz-Birkenau, enero de 1944. Esos oficiales, que visten de negro y miran la muerte con la indiferencia de los enterradores, ignoran que, sobre ese fango oscuro en el que se hunde todo, Alfred Hirsch ha levantado una escuela. Ellos no lo saben, y es preciso que no lo sepan. En Auschwitz la vida humana vale menos que nada; tiene tan poco valor que ya ni siquiera se fusila a nadie porque una bala es más valiosa que un hombre. Hay cámaras comunitarias donde se usa gas Zyklon porque abarata costes y con un solo bidón puede matarse a centenares de personas. La muerte se ha convertido en una industria que sólo es rentable si se trabaja al por mayor. En el cobertizo de madera, las aulas no son más que corrillos apretujados de taburetes. Las paredes no existen, las pizarras son invisibles, y los maestros trazan en el aire triángulos isósceles, acentos circunflejos y hasta el recorrido de los ríos de Europa con solo agitar las manos (…) No importa cuántos colegios cierren los nazis, les contestaba Hirsch. Cada vez que alguien se detenga en una esquina a contar algo y unos niños se sienten a su alrededor a escuchar, allí se habrá fundado una escuela. La puerta del barracón se abre bruscamente y Jakopek, el asistente de vigilancia, corre hacia el cuarto del jefe de bloque, Hirsch. Desde su rincón, Dita Adlerova mira hipnóticamente las minúsculas motas de barro. n ¡Seis, seis, seis! Es la señal que indica la llegada de guardias de las SS al bloque 31, y se organiza un revuelo de murmullos en todo el barracón… + Leer más |
La bibliotecaria de Auschwitz de Antonio Iturbe
"El escarmiento y la ejecución son para los nazis pedagogía pura"
|
La bibliotecaria de Auschwitz de Antonio Iturbe
De repente piensa en el miedo como en un óxido que socava todo hasta las convicciones de hierro. Lo corroe todo, lo derriba todo.
|
La bibliotecaria de Auschwitz de Antonio Iturbe
El atleta más fuerto no es el que llega antes a la meta. Ése es el más rápido. El más fuerte es el que cada vez que se cae se levanta. El que cuando siente el dolor en el costado no se para. El que cuando ve la meta muy lejos no abandona. Cuando ese corredor llega a la meta, aunqje llegue el último, es un ganador. A veces, aunque quieras, no está en tu mano ser el más rápido, porque tus piernas no son tan largas o tus pulmones son más estrechos. Pero siempre puedes elegir ser el más fuerte. Sólo depende de ti, de tu voluntad y de tu esfuerzo.
|
La bibliotecaria de Auschwitz de Antonio Iturbe
"Lo que hace la literatura es lo mismo que una cerilla en medio de un campo en mitad de la noche. Una cerilla no ilumina apenas nada, pero nos permite ver cuánta oscuridad hay a su alrededor"
|
¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?