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La figura de Helena ha sido "explicada" en multitud de ocasiones. A nosotros llegaba el retrato de una mujer en cierto modo caprichosa capaz de desencadenar ella sola una guerra que duraría una década. Sin embargo, nunca encontrábamos un texto en el que se nos planteara su versión, que nos diera una visión menos sesgada. Lo que Loreta Minutilli hace en la novela es darle voz y tratar de que ella pueda explicar parte de los motivos y desencadenantes de sus actos. Cuando nos ponemos en esa situación, tratando de ver su vida con sus propios ojos, la narración que conocemos adquiere una dimensión muy diferente. Posee una libertad de pensamiento y una frialdad emocional que marcan sus decisiones y le ayudarán a asumir las consecuencias. Esa ha sido la parte que más me ha gustado, la de la reescritura del personaje. Sin embargo, ha habido una parte de la novela que no me ha gustado y se trata de su estilo de escritura. En ocasiones me daba la sensación de que trataba acciones decisivas de manera demasiado rápida, casi sin explicarlas, provocando que después hubiera contradicciones en el texto. Aun con eso no puedo decir que no la recomiende. El planteamiento original de la novela y su resolución final creo que merece que lo leamos. Es tan importante cuestionarnos lo que sabemos que sólo eso es un buen motivo para leer este libro. |
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