La protagonista es una arribista que arrastra a personas de diferentes estatus y diferentes edades en su camino de ascenso social: actores, periodistas, nobles, banqueros ... Su belleza provoca fuertes enfados entre los diferentes géneros y muestra hipocresía en las relaciones destructivas. Zola la trata con objetividad grosera, a veces incluso violenta, lo que resulta en una situación muy apasionada. Estos capítulos crean episodios en diferentes contextos: teatro, ciudad, campo... el espacio y los personajes se describen al detalle. La tentación, la obsesión, la humillación, el remordimiento que rodea a la femme fatale ...se nos muestra de manera intensa, creciendo según avanzamos, con un triste final, en parte moralista que coincide con el fin del Segundo Imperio y el inicio de la Guerra Franco-Prusiana. Una mayor atención a los detalles físicos y las observaciones sociales en lugar de los retratos mentales conduce a una disminución en la profundidad del tema discutido y puede alejar al lector debido a su gran cantidad de adjetivos y múltiples personajes con una aparición muy corta. Sin embargo, es una "cortesana" de interés.
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