Solo una mente privilegiada es capaz de sacar a Gregorio Samsa de su Metamorfosis, introducirlo en la historia de Ricitos de Oro, y crear esta maravilla. Una obra más enfocada al arte que a la literatura, pero a la que no le hace falta ni una letra más para que podamos entender y disfrutar de la historia, pues las imágenes transmiten a la perfección lo que se nos está contando. Los materiales y la encuadernación (hecha a mano), así como los detalles, las propias imágenes y las palabras del artista transmiten el cariño, la ilusión y la delicadeza con la que está hecho, y el tiempo y el cuidado que le han dedicado. Varograff nos dice al final que “se escribió e ilustró con gozo extremo”, y ciertamente se nota. Enlace: https://www.instagram.com/to.. |