La voz de Amunet

Hay historias que son capaces de transmitir una gran sensibilidad y hacer sentir al lector un cúmulo de emociones a lo largo de toda la trama. Historias que merece la pena leer. Historias como La voz de Amunet.


Lo primero que quiero destacar de esta novela es que, pese a la longitud, no se hace en absoluto pesada. Es cierto que al principio cuesta engancharse, pero en cuanto le das una oportunidad y vas conociendo poco a poco a los personajes, te vas viendo envuelto en una trama transcurrida en dos épocas diferentes, queriendo saber más y más de cada uno de los personajes.


No es solo la magia de una bonita edición, sino el modo en que Victoria Álvarez nos cuenta la historia, cómo nos presenta a los personajes y cómo hila dos historias hasta conectarlas de una manera un tanto diferente.


¿Y puede una historia de ficción juvenil resultar intrigante? Pues por supuesto que sí. Y mucho, además.


La voz de Amunet nos muestra a cuatro protagonistas bastante jóvenes, a los que une un difícil pasado. Todos ellos están rotos y, poco a poco, tendrán que ir aceptando cuál es su destino y por qué merece la pena seguir adelante cuando crees haberlo perdido todo. Estos cuatro protagonistas, de los que hablaré en detalle más adelante, van a enriquecer la historia y darle (hasta cierto punto) credibilidad, gracias a lo bien construidos que están. Porque esta novela no es una historia alrededor de la cual interactúan los personajes, es la historia de Amunet, es la historia de Khay, y también es el comienzo de las nuevas historias de Saheen y Gabriel.


En cuanto a la trama, debo reconocer que ya iba predispuesta a que me gustara, pues admiro Egipto y su historia más antigua. El hecho de que la obra esté ambientada en la loca época de Akhenaton y Nefertiti logró captar mi atención, pero lo que verdaderamente me atrapó fue el modo en que la autora inventa nuevos personajes que encajan a la perfección con la historia, hilando una trama en la que las mentiras, la traición y el deseo de poder dan sentido a una sociedad destruida y corrompida.


Si bien hay varios puntos de la trama que se conocen desde el principio, el cómo llegar a ellas sí resulta intrigante. Hay muchas escenas de tensión y otras muy hermosas en las que las descripciones casi nos hacen sentir que estamos por completo dentro de la historia, visitando Egipto y Francia en el pasado.


Como ya he dicho antes, la novela transcurre en dos épocas diferentes:

Por un lado tenemos  Ipet Sut y Akhetaton en los años 1346-1336 a. C. con las historias de Amunet y Khay, y por otro lado están El Cairo y París en 1799 d. C. con las historias de Saheen y Gabriel.


Mi parte favorita de la historia es la transcurrida en Egipto, ya que me ha fascinado de principio a fin: las ansias de poder, la traición, el amor más puro y el ver crecer a dos niños hasta convertirse en unos jóvenes adultos confusos y sin nada que perder. 

Pero la historia de París, con Napoleón de por medio, mostrando un paralelismo con  Akhenaton, ha logrado mantenerme constantemente en tensión, queriendo saber más y más de cada una de las tramas.


Y, ahora sí, vamos con los personajes:


La historia se cuenta alternando las perspectivas de Saheen, Khay, Gabriel y Amunet, aunque siempre narrado en tercera persona, salvo el prólogo y epílogo, que nos los cuenta la propia Amunet. Si bien es Amunet la protagonista indiscutible, los otros tres personajes tienen casi el mismo peso que ella.



Amunet es una joven con un don especial. A las hechiceras como ella las denominaban hekas, y estaban al servicio de los sacerdotes y faraones.

Amunet es una joven fuerte, decidida, con carácter y con mucho amor por dar.

Es cuando se ve separada de aquellos a quienes ama y siente la traición más profunda, cuando la ira y el dolor toman el control, desatando su poder.

Es un personaje en constante evolución, no solo porque crece físicamente a lo largo de la historia, sino porque su personalidad también cambia. Hay algo que la mantiene anclada al mundo de los mortales y no le permite alcanzar el descanso eterno en los campos de Ialú (creencia egipcia), por lo que necesitará la ayuda de Saheen para que su espíritu al fin descanse.

¿Qué la ata a este mundo? ¿Qué ocurrió en el pasado que la destruyó por completo, dejando aflorar un odio tan inmenso?



Khay es un joven escriba que, ya desde el principio, demuestra fascinación por Amunet.

Su vida y la de la heka se verán unidas por una casualidad que cambiará por completo el futuro de ambos y su manera de percibir el mundo.

Muy inseguro, poco a poco descubre que es más fuerte de lo que cree.

Leal, discreto y luchador, hará todo lo que pueda por proteger a aquellos a quienes ama.

También vemos su evolución, pero hasta el final de la historia no se descubrirá la verdad acerca de su implicación en la historia.



Saheen es un personaje bastante importante y curioso. Su vida y la de Amunet se verán entrelazadas debido a su don por comunicarse con los espíritus, convirtiéndose en un canal a través del cual Amunet puede comunicarse con el exterior.

Es uno de mis personajes favoritos de la historia, no solo por su evolución y su cambio, sino por su personalidad. Aún no sabe quién es ni quién quiere ser, pero lo irá averiguando a lo largo de la historia.




Gabriel ha sido el personaje que más ha hecho cambiar mi opinión conforme le iba conociendo.

Parece el típico galán pagado de sí mismo y cuya mayor ambición es estar con mujeres y tener éxito, pero nada se aleja más de la realidad.

Atormentado por su pasado y echándose la culpa de los errores que cometió, tratará de recuperarse a sí mismo y convertirse en su mejor versión.

Gracias a Saheen y a su tío René, descubrirá lo que es capaz de hacer y encontrará una redención por sus pecados.



En conjunto, La voz de Amunet supone una historia a la que merece la pena dar una oportunidad, dejándose envolver por las vivencias de los personajes y los lugares que acompañan a estas historias.