Una novela corta con tintes goticos. Una mansión semi derruida, Monjoie, en lo alto de un acantilado, tres personajes principales, una tormenta de nieve... Es todo lo que necesita la autora para inquietar al lector, componiendo en pocas páginas una historia de profundo calado, que te produce suspense, tensión, intriga y una sensación de desasosiego que pende sobre los protagonistas hasta precipitarse en un final totalmente inesperado. La protagonista, que además es la narradora, nos sumerge en la atmósfera oscura y siniestra de los hechos que suceden en la mansión. Toda la acción se desarrolla en una casa que parece tener vida propia, pero no todo es lo que parece y la autora juega con el lector de una manera que no te ves venir las cosas y cuando llegas al final te quedas con la boca abierta. Lectura perfecta para leer de noche en penumbra si eres valiente |