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En este viaje, conocemos a viejos amigos y a alguno que otro nuevo, algo que me ha gustado mucho. Esa fe ciega en la amistad es muy difícil de encontrar, ya que no todas perduran después de tanto años sin que uno haya tenido noticias del otro. Eso añadido a que Fiore se ha ganado por completo mi corazoncito y mi admiración. En cambio, Luca consigue conmovernos con su historia. Como a estas alturas no tiene mucho sentido hablaros de los Lennox, solo os diré que Dora y Lionel me han sacado un poco de quicio por lo tontos que son. Mirad, si yo fuera Fiore, los agarraba a los dos de las orejas y los sentaba en el sofá como a dos niños chicos hasta que hicieran las paces. Y Helena, qué pena me ha dado verla así, pero también es digna de admiración: por muy dolida que esté, intenta mostrarse fuerte y seguir adelante. Aunque esté en Nápoles en cuerpo, en alma se encuentra muy lejos de allí. Sí, definitivamente me ha gustado ver una cara más vulnerable de Helena. Eso sí, no deja de ser ella en ningún momento :) Una de las cosas que más he disfrutado del libro ha sido la complicidad madre e hija en la que sobran las palabras. Además, esta vez no me ha resultado tan extraño que el libro estuviera narrado desde el punto de vista de Helena. al contrario, he disfrutado con algunas de sus reflexiones y con cómo ve ella las cosas que ocurren a su alrededor (sí, aquí incluimos sus comentarios acerca de la comida, JAJAJA). Un pequeño punto negativo es que la primera mitad del libro se hace un tanto lenta e introductoria. En ella, Victoria nos deja entrever una parte diminuta del conflicto que se desarrollará más adelante y, además de situarnos en la ciudad, nos presenta a los viejos amigos de Lionel. Después, todo va in crescendo. Las cosas se complican, y mucho. El final es directamente de infarto. Menuda tensión y menudo sufrimiento (este fandom no está pagado, jajaja). Finalmente, Victoria nos deja con un final un tanto agridulce. No os digo más. Enlace: https://wanderingbookreader... |
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