Un millón de gotas

Una historia durísima con la que he sufrido mucho. Como las muñecas rusas (matrioshkas) a las que se hace referencia durante el libro, capas y capas de una trama muy bien construida (en la que me ha fallado algún detalle hacia el final). Desde Siberia y los deportados del campo de Nazino hasta la Barcelona de principios del SXXI, he sido testigo durante sus más de seiscientas páginas de todos los horrores de los que es capaz el ser humano. Personajes trágicos y llevados al límite en un periodo oscuro y turbulento de la historia de Europa como es el SXX. Héroes, villanos y las finas líneas que los separan. Cómo el bien y el mal se pueden difuminar en ese millón gotas persistente y una utopía ser sólo eso, pues en las manos de los humanos está el poder de corromperlo absolutamente todo. La historia de un hombre engullido por su personaje, una lucha de voluntades y la fatalidad de varias familias cuyos destinos se entrelazan durante generaciones.
Un libro para leer y reflexionar con pocos trazos de amabilidad, aunque sí con algunos momentos de ternura.
El problema principal que he tenido con la lectura, es que tanta crueldad y ensañamiento terminan por cansar, cómo sucede en otros libros con los sentimentalismos vanos, la cursilería o el exceso de escenas sexuales. Y el deseo del autor de conmover, horrorizar o provocar al lector, puede volverse en su contra, haciéndose por momentos tedioso su desarrollo, además de desagradable.
Un gran escritor y una gran historia sin duda, aunque no se si quiero vivir a través de sus libros en ese mundo tan oscuro del que me habla.