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Esta lectura me entró por los ojos en cuanto leí la sinopsis. Me atrajo mucho el tema y tenía muchas ganas de leerlo, así que lo empecé en cuanto llegó a mis manos. No es un libro muy largo y se lee rápido porque sus capítulos también son breves. Mi percepción general de la lectura es que me ha dejado bastante confusa, me cuesta un poco decidir cómo me siento al respecto. Por un lado, efectivamente, el tema es interesante. Vivimos en un mundo en el que la imagen es cada vez más importante y hay mucha presión social por encajar en unos estándares. No obstante, y de forma paradójica, el sobrepeso crece a día a día entre la población, aunque eso no evita que haya muy poca representación en el mundo de la moda. Esto no es nada nuevo, pero creo que tratar estas preocupaciones sociales puede ayudarnos a tener más empatía, porque mucha gente si no padece este tipo de situaciones de forma directa no lo piensa y participa en ese estilo de conducta que va desde la mofa al menosprecio hacia las personas obesas. En general, puede decirse que a día de hoy la sociedad no va bien encaminada ante el deber de aceptar el físico de cada individuo, y no solo en lo concerniente al peso. Uno de los aspectos de la ambientación que destaca por no ser tan común es el del ámbito de la moda. El libro es breve pero considero que la autora hace un buen trabajo a la hora de documentarse, al menos no se limita a darnos un par de líneas. Ahora, no estoy tan segura de que la manera de transmitirla haya sido la idónea. En todo su conjunto la novela cuenta con una estructura que, a mi juicio, no ha terminado de cuajar. Está narrada a través de capítulos alternos, uno de ellos sería la línea presente, que se distingue porque Cookie ya está delgada, mientras que la otra se sitúa en el pasado, mientras estaba centrada en su programa de pérdida de peso. Ese aspecto sí que no ha estado tan presente como el de la moda, realmente no sé en qué consiste su dieta o su rutina diaria de pérdida de peso. Creo que puedo decir que se ha quedado coja, y no únicamente en ese aspecto. El ritmo es bastante rápido, sobre todo hacia el final, como no, y hay saltos muy grandes. Es difícil seguirle el ritmo a las emociones y pensamientos de la protagonista y aún más a los de los personajes secundarios. Su amigo Tommy la ayuda mucho, pero de un momento a otro hace cosas que no se corresponden con la persona que describía Cookie. Lo mismo sucede para la antagonista del libro y para Garreth Miller, otro personaje. Los padres de Cookie son casi fantasmas, así como su abuela, no hay mucho que apreciar. No consigo entender o ver lógico que ella piense que una persona es desagradable o mala gente por x razón, pero luego mantiene una relación con ella. No digo que las emociones deban ser lógicas, pero el personaje tiene un proceso para llegar de un pensamiento a otro totalmente contrario y el lector debe ser partícipe de ese proceso, porque sino todo es muy artificial y no le hallamos explicación. Es como si Cookie tuviera grandes cambios de opinión y se contradijera a sí misma. En consecuencia, la lectura ha sido entretenida y rápida, pero quizá ha sido más ligera y menos satisfactoria de lo que me esperaba. El cambio de las líneas temporales hacía que perdiera el hilo de lo que pasaba en un momento u otro y en especial en la relación con otros personajes se me ha quedado corto. Sin embargo, no me llevo una mala impresión, pero sí la sensación de que podría haber sido mejor. |
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