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Una novela que promete intriga y aventuras, y te las da, aderezadas con historia, pasado, desesperación, amistad, pensamientos y el objetivo de una vida. Me ha gustado, y mucho, aunque me tenía algo desubicada con esa situación caótica en la ciudad, casi apocalíptica, pero la mezcla extraña que nos trae, porque te esperas intrigas eclesiásticas y secretos legendarios y te encuentras un texto algo más intimista y vital, es en parte lo mejor que tiene. Hay lugar hasta para cierto humor, de la mano del inspector. En resumen, ha sido una lectura muy interesante. Me ha sorprendido encontrarme a Málaga casi como el personaje principal de la historia, y al homenaje que el autor escribe sobre su gente, sus calles, sus ideas, su historia y su alma. Por cierto, he tenido la sensación de que esa carta también iba dirigida a mí, el lector, como testigo de todo; he llorado cada una de esas lágrimas, que me han acercado a él; he disfrutado de esta aventura; me he perdido en algún momento; y he deseado que las cosas hubieran sido de otra manera, no para la novela sino para ellos, Ernesto e Inés. |
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