En general, la historia me gustó. Disfruté de lo "bruto" de Jedidiah, su hermano y su primo. Me pareció entrañable. Es una cualidad que se ve muy poco en las novelas románticas o eróticas. Confieso que me sedujo la premisa de los montañeros grandotes y aislados de toda civilización, que tienen aterrorizados a todo ser humano conocido y desconocido. Me gustó el cortejo entre ambos protagonistas: se trataban como dos personas normales cuando se ven por vez primera y se atraen, el buen manejo de la tensión sexual y por último la declaración. Me encantó. La única pega es el final. Lo noté un poco bastante precipitado, en todos los sentidos. Pero fuera de eso, la historia es muy buena. |