Última estación

En algún lugar entre el miedo y la osadía está la valentía.

Todavia notaba el nudo en el estómago; la congoja de hoy era muy distinta de la de otros días.

Éramos felices, aunque entonces no lo sabíamos.

No es fácil regresar del infierno cuando el fuego te ha quemado el alma.

Las dudas son esa lenta agonía que acaba devorando hasta el recuerdo más hermoso.

De nada servía lamentarse; el pasado no podía cambiarse. Por el contrario, el futuro no solo podía inventarse, sino reescribirse de mil formas distintas.

La clase baja está tan preocupada por la subsistencia que solo de manera intermitente puede ser consciente de cualquier otra cosa que no sea su vida cotidiana.

Nadie es dueño de su porvenir, sino de sus actos.

El paso del tiempo es la alquimia que separa los buenos momentos de los malos, transformándolos todos en buenos.

La costumbre es el mayor enemigo del hombre; y no todos los cambios tienen por qué ser a peor.