Mi planta de naranja lima

Es una historia que inspira una inmensa ternura. Retrata la vida de una infancia con pocos recursos económicos y pasando por algunas adversidades. Pero con algunos momentos dulces. Si tuviera que describirlo en una frase sería:« Inocencia, amor y ternura en estado puro.»

Un libro que tiene mucha fama, y eso siempre me da un poco de miedo porque puede ser que el hype lo mate, aunque en esta ocasión no ocurrió eso y lo agradezco. Eso si para leer esta historia hay que estar preparados no es para leer en cualquier momento ni mucho menos porque te deja devastada con la realidad que vive el protagonista que al parecer es la vida del propio autor, en ocasiones se te ponen los pelos como escarpias, a pesar de ser un libro corto que se podría leer con agilidad no es lo que se debe hacer desde mi humilde punto de vista porque te pierdes, yo en los tres días que fu leyéndolo pasé por todos los estadios posibles enfado, alegría, risa, frustración, impotencia y seguiría unos cuantos más, yo realmente sabía que iba de un niño y creo que es mejor no saber mucho de la historia para poder sumergirte en su cruda realidad

Este fue el libro que me introdujo al mundo de la lectura. Probablemente por el impacto que la triste vida de este joven tuvo en mi yo de 11 años. El final fue realmente decepcionante ya que la tragedia siguió a este chico a donde quiera que fue.

Qué difícil se me hace hablaros de este libro, no porque no me haya gustado, si no al contrario, me ha gustado tanto que no sé qué deciros para convenceros de que lo leáis.

¿Qué me ha enamorado de Mi planta de naranja lima? Todo, pero principalmente su narrador. Siento predilección por los libros que tratan realidades difíciles y que están contados desde un punto de vista infantil. Vemos desde su mirada ingenua cosas que a nosotros como adultos nos horrorizan pero que ellos no son capaces de comprender en su totalidad. Aquí nos adentramos en un barrio pobre de Brasil, donde casi siempre hay poca comida, todos tienen que trabajar y aportar a la familia y donde los malos tratos están a la orden del día.

Zezé es un niño de cinco años avispado, curioso, inteligente y con mucha imaginación que nos relata su vida con su familia. Son pobres así que sobreviven como pueden y Zezé es un pequeño diablillo con mucho corazón pero que no dejará de meterse en problemas. Es un libro de contrastes, hay ternura, hay brutalidad, hay inocencia, hay dolor, hay amor y hay un niño que se vió obligado a crecer demasiado pronto.

Con un toquecito de realismo mágico el autor nos habla de su infancia, con él reiremos, lloraremos y también reflexionaremos sobre una realidad que, a pesar de que a nosotros nos haga llevarnos las manos a la cabeza, es el día a día de mucha gente.

Una lectura entrañable, dura y muy especial. Tiene una especie de segunda parte llamada Vamos a calentar el sol, que yo estoy deseando leer. Pero mientras tanto, no pararé de recomendar este libro. Es cortito y muy ágil así que haceos un favor y conoced a Zezé, os aseguro que os robará el corazón.

📇En esta novela, José Mauro de Vasconcelos recreó sus recuerdos de infancia en el barrio carioca de Bangú con un lirismo y una ternura que cautivaron a los lectores desde su aparición y que la han convertido en uno de los libros más leídos de la literatura brasileña contemporánea.

📇De mayor Zezé quiere ser poeta y llevar corbata de lazo, pero para un niño como él, inteligente y sensible, crecer en una familia pobre no siempre es fácil; cuando está triste, Zezé se refugia en su amigo Minguito, un arbolito de naranja lima.

📇La historia atrapa rápido, hay muchos sentimientos encontrados debido al sufrimiento de un niño pequeño por el trato de sus hermanos y padres. Es una historia conmovedora como llena de ternura.

📇Un libro, corto, pero lleno de valores que se deben recuperar. Un libro ayuda a ver la verdadera amistad de este mundo, amistad sin edad, porque sentir empatía por aquellos que tienen menos que uno es necesario. Tiene un final muy triste, demasiado diría yo, pero al mismo tiempo esperanzador.

Siempre que leo sinopsis de libros dónde dicen que el narrador es un niño o una niña me intereso de inmediato. ¿Por qué? Por la particularidad que tiene siempre la visión de un niñx (aunque en realidad sea la persona adulta quién escribe jeje), su realidad y la manera de entender el mundo.
Mi planta de naranja lima está narrada por Zezé, un niño de 5 años que vive en Brasil. Zezé es un niño muy especial, travieso, sensible y muy inteligente. Pero no deja de ser un niño inocente que habla con su pequeño arbolito de naranja lima.
En la narración Zezé va interactuando con varios personajes: desde sus familiares más cercanos como hermanos, pasando por su profesora con un sentimiento de adoración mutuo, pero sin duda el más importante es "el Portugués" con quién estrecha lazos casi paternofiliales.
Para mí, este niño tiene un mundo interior muy rico que solo sueña con ser poeta de mayor.
La parte que más brutal me ha parecido es la violencia hacía los niños, hacía Zezé, en esta historia. No es explícita y sé que está basada en los años 30, ¿quizá? Pero aún así no ha dejado de sorprenderme cómo las palizas estaban a la orden del día a modo de corrector (sin ser nada de ésto). Vive en un mundo de pobreza y violencia y aún así este niño de 5 años se levanta cada día con un mundo interior inmenso que nos regala a través de la lectura y con reflexiones casi de adultos.

Uno de mis libros favoritos "Mi planta de naranja lima" nos cuenta la historia de Zezé, un niño brasileño de 5 años muy travieso, con una imaginación desbordante y una inteligencia y sensibilidad que pocos saben ver y valorar. La vida es difícil en el humilde barrio en el que vive y Zezé se refugia en "Minginho", un arbolito de naranja lima que crece en su patio, a quien le cuenta todos sus secretos y que se convierte en su mejor amigo.

Parece ser que la novela tiene tintes autobiográficos, el autor recrea parte de su infancia en el barrio carioca de Bangú, y hace un retrato social del Brasil más desfavorecido, el de la pobreza y las favelas, y también el de una infancia que acaba demasiado rápido.

Quizá sea por su sencillez o su ternura, el caso es que esta libro te roba el corazón. Y te lo rompe también. Porque es una historia dura, y no puedes evitar pensar que Zezé es un niño que de verdad existe, y su misma historia está ocurriendo en cualquier lugar y en cualquier momento.

Este es un libro clásico que se solía o suele dar en el colegio pero yo no tuve la oportunidad de leerlo asique me decidí por leerlo ahora, ya de adulta.
Es la historia de Zezé, un niño de tan sólo 5 años, que es un poco travieso y muy inteligente e independiente y su familia es muy grande pero muy pobre ya que su padre está sin empleo y la madre tiene un trabajo precario. Es por eso, que se deben de mudar a una casa nueva y allí conoce a quién le iba a tocar como su propia planta, su futuro gran amigo, Minguito, una planta de naranja lima.
La historia es muy breve pero cuenta a la perfección todo lo que vive este pequeño niño, sus travesuras, sus juegos, sus momentos en la escuela, la interacción con su familia, lo duro que es vivir en una familia que casi no tiene para comer, sus amistades y sus pérdidas.
Lo que a mi no me termino de cerrar fue que el protagonista tenga 5 años pero las cosas que hacía o pensaba eran de un niño mucho mayor, por eso por momentos no era para mi, muy creíble la historia.
Por momentos, sentía que Zezé me hubiera vuelto loca a mí y por momentos, me daba tanta pena que sea tan castigado y no comprendido por su familia, que ninguno le demuestre cariño o interés, fue muy duro la verdad.
Es una historia que me llenó de emociones encontradas y por sobretodo me llenó de impotencia, esa sensación de injusticia, cuando algo pasa y no podes hacer nada.
Si bien creo que es un libro muy hermoso, que muestra la cruel realidad de lo que es para un niño vivir en una situación de carencia en Brasil, claramente es algo que se puede pensar en todos los países del mundo y que hoy en la actualidad, es algo que se está viendo repetirse una y otra vez, el trabajo escasea, la economía en crisis, las familias no llegan a cubrir sus básicos.
Creo que es una historia que todos deberíamos leer porque nos deja muchas reflexiones bellas para compartir y para pensar. Más allá de qué nos hayan dado o no este libro en el colegio, creo que es un clásico que merece la pena ser leído. Además investigando un poco, descubrí que hay una segunda parte que se llama " Vamos a calentar el sol" que se público en 1974.

Río de Janeiro (uno de sus barrios populares), 1925.
Zeze, que pronto cumplirá 6 años, es un niño ávido de amor y de atenciones, pero las dificultades materiales de su familia numerosa le impiden ocuparse de cada niño como se merece, entonces este pequeño, muy precoz e imaginativo multiplica las tonterías,entonces le pegan...
Cuando la paliza está "justificada", no le quita realmente su alegría de vivir, porque Zézé tiene un amigo con quien hablar, ¡y que le responde! =su "pequeño pie de naranja dulce" un arbolito que desde el fondo del jardín lo lleva en grandes galopadas a través de las llanuras de los vaqueros de cine...

¡Yo, la vieja lectora, ni siquiera he tenido miedo!
ni siquiera he tenido miedo a volver a leer esta novela (en gran medida autobiográfica) que , 5 o 6 décadas después de las primeras lecturas ,otra vez me haría llorar, pero sabía que todavía me gustaría .

Y agradezco a Dios que nunca haya conocido a una persona tan cínica y tan enemiga de los niños que sería insensible a este libro...

“Le sonreí, lleno de dolor, pero dentro de ese dolor acababa de descubrir algo muy importante. El Portugués se había trasformado ahora en la persona que yo más quería en el mundo.” ~ Mi planta de naranja lima de José Mauro de Vasconcelos.

Zezé es un niño brasileño de cinco años que sufre malos tratos en su familia. Su mente se escapa al lado de su planta de naranja lima, a la que ha personalizado con el nombre de Minguito, y poco a poco descubre que hay una vida con amistad y cariño de la mano de Portuga. A lo largo de la historia acompañamos a Zezé en sus travesuras pero también en su pena interior marcada por los problemas familiares que los mayores descargan en él y en sus ansias por no querer vivir si nadie le quiere.

¿Sabéis esos libros que tenéis pendientes y que cada vez que lo ves dices "ay, tengo que leerlo ya" pero nunca lo coges hasta que un día alguien aparece con el libro en la mano y te dice "tienes que leerlo"? Eso es lo que me ha pasado con este libro.

Se lee en dos tandas porque no es muy largo. Además es de esas historias que lees con una sonrisa en los labios y con el corazón partido a partes iguales. He sufrido al lado de Zezé, me ha tenido en ascuas; he imaginado mil finales de "por dios, no" para esta historia, y al cerrarlo he dicho "pero, ¿por qué no lo he leído antes?". Me han dado ganas de entrar en el libro, abrazar al niño y decirle “venga, chiquitín, vámonos al parque”.

Estoy convencida de que será una historia que volveré a leer más adelante porque me ha encantado pero necesito un tiempo para olvidarla y disfrutarla de nuevo.