La Ciudad de las Damas

Cristine de Pizan es la primera mujer escritora profesional de la historia, nació 1364 y su primer escrito profesional fue publicado en 1399. Es considerada la precursora del movimiento feminista, varias de sus obras, como la que hoy nos compete, son abiertamente pro mujeres, escribió varios libros como protesta a otros autores que denigraban y minimizaban a las mujeres.

Este libro es un compendio de grandes mujeres a lo largo de la historia, que si bien es un reconocimiento a ellas, es también un recordatorio a sus lectores y a sus detractores de que la mujer ha tenido una fuerte influencia en la historia, que la mujer no solo ha comprobado ser históricamente valerosa si no también inteligente y valiosa.

Hay que poner en contexto esta obra, ya de por sí es un libro sumamente interesante considerando la época en el que fue escrito, si no también por quien la escribió, publicada en 1405 durante la edad media, donde había grandes detractores de la mujer, desde políticos, eclesiásticos, escritores y sociedad en general, de Pizan tuvo la valentía no solo de plantarles cara sino de hacerlo de manera exitosa, fue una escritora demandada por las cortes de Francia y de Inglaterra, vivía de la letra, con esto mantuvo económicamente a su familia y eso no era algo común.

Regresando al contexto, es verdad que esta obra tiene mucho de un grito rebelde, una sentencia hacía la misoginia pero desde el punto de vista de una mujer de su época, así que para quienes lean este libro, sobre todo las acérrimas feministas, es muy probable que encuentren criticables algunas de las afirmaciones de la autora, para mí ha sido una verdadera joya.

de Pizan en esta obra se ve a ella misma dudando realmente de su lugar en el mundo como mujer ¿tendrán razón todos aquellos hombres que afirman que las mujeres valen menos que los hombres? ..

“Me preguntaba cuáles podrían ser las razones que llevan a tantos hombres, clérigos y laicos, a vituperar a las mujeres, criticándolas bien de palabra, bien en escritos y tratados…….. Yo, que he nacido mujer, me puse a examinar mi carácter…….”

Si hay tantos que lo dicen, es porque debe ser cierto y ella sumida en sus pensamientos, angustias y dudas, se le presentan tres deidades: La Razón, la Rectitud y la Justicia, quienes le dicen que se presentan ante ella para encomendarle que construya “La ciudad de las Damas”

“¡Levántate, hija mía! Salgamos sin tardanza hacia el Campo de las Letras. Es allí, en aquel país rico y fértil, donde será fundada la Ciudad de las Damas”

Así es como la autora junto con estas tres demas recorren un camino basado en la historia, donde le presentan a las muchas mujeres que han hecho y logrado tanto a lo largo de la historia.

Vamos pasando de una historia a otra, donde con ejemplos se va acallando a cada acusación a la que se le hace a las mujeres, que si no pueden pelear una guerra, que si no pueden trabajar o estudiar el derecho, que si no son lo suficientemente inteligentes para estudiar ciencias, que si no son capaces de inventar algo nuevo y a cada una de estas historias contadas o explicadas a través de la historia relacionada con alguna mujer se explica cómo las mujeres, son inteligentes y capaces.

Es realmente fascinante este libro, por muchas razones, es un libro que se disfruta y que no puedes evitar pensar en la mujer que lo escribió y la valentía de hacerlo.

No puedo evitar sentir una enorme admiración hacia esta escritora, es una pena que en castellano no haya más que este libro publicado, porque fue bastante prolífica, si bien es verdad que escribió muchos poemas y canciones que fueron muy populares, también escribió un libro sobre las artes de la guerra, una biografía del Rey Carlos V de Francia, una autobiografía y su última obra conocida sobre Juana de Arco que acababa de liberar Orleans de los Ingleses

“Tú, Juana, en buena hora nacida
¡Bendito sea el que creó! (……)
¡Ay! ¡Qué honor para el sexo
Femenino! Bien amado de Dios, según provee,
Cuando todo este gran pueblo desfallecido,
Huye del reino despavorido,
Ahora rescatado y salvado por una mujer
(lo que no pudieron los hombres hacer)
Y los traidores desertores,
Antes apenas hubiesen podido creer que fuera cierto”