Cuento español actual

38 cuentos inéditos. 38 autores hábiles en las distancias cortas. Un libro antológico. Cuento español actual (1992-2012) publicado en la editorial Cátedra. Están en el libro representados autores desde la década del cincuenta (Vidal-Folch, Aramburu y Otxoa) hasta la del ochenta (Crusat) del pasado siglo con obra relevante publicada en esos veinte años, que comprende el libro, y también están representadas todas las tendencias narrativas: ciencia ficción, metaliteraria, experimental, fantástica…, aunque no los microcuentos. En todos estos autores, el hecho narrativo se produce con la máxima intensidad en el menor tiempo posible en virtud de la preponderancia sugestiva y de la síntesis. Algunos autores perciben la literatura como conocimiento, es decir, como una forma de interpretar, describir, investigar y percibir la realidad; otros como sacralidad, como un compromiso con el lenguaje como objeto máximo de atención; otros como militancia, como conciencia pública, como la intervención social por medio de la literatura para fomentar los valores enaltecidos. Todos ellos tienen cabida en las páginas de esta antología, donde las narraciones (algunas de ellas corregidas para esta edición) se convierten en seducciones. Podemos mencionar algunas características que definen al cuento español más reciente: su diversidad (cada cuentista es una isla) genera la imposibilidad de formar grupos literarios o escuelas, puesto que su variedad de estilos y formas impide una uniformidad; la hibridación de géneros; el cuento como instrumento de crítica de los valores de la civilización; la atenuada inclinación comercial editorial; la influencia del realismo sucio norteamericano (Carver); el eclecticismo; la superación del realismo como discurso hegemónico; y la necesidad de un lector cómplice que tenga una actitud activa y partícipe. En cuanto a los textos recopilados, el cuento de Mercedes Abad es un duelo psicológico entre mujeres que sabe a poco, el de Pilar Adón posee un encantador rasgo fantástico provisto de una atmósfera inocente y cruel, el de Fernando Aramburu parece un desquiciado bucle con ETA como trasfondo, el del andaluz Felipe Benítez Reyes es una redundante reflexión nostálgica sobre la mella del paso del tiempo en dos personajes inmortales, el de Jon Bilbao es una versión de la ventana indiscreta en la que la semilla de la curiosidad crece demasiado rápido y sin control, el del aclamado Juan Bonilla es un interesante y conseguido cuento paródico sobre un hombre especialista en la ruleta rusa, que se convierte en héroe nacional por su destreza y fortuna en dicho juego mortal. Gonzalo Calcedo firma un trabajado relato intimista de final desabrido acerca de cómo dos personas, que pugnan con el miedo, la soledad y el egoísmo, coinciden unos segundos en la distancia de una inmensa ciudad en el momento en que más necesitan tener a alguien cerca. del barcelonés Carlos Castán se incluye un buen cuento de fantasmas, en el que el joven protagonista paga con terror y sentimiento de culpa una promesa incumplida. La madrileña Mercedes Cebrián escribe, con ironía hiperbólica y una prosa mordaz y aguda, la paródica historia de un adicto a la cultura y su peculiar terapia de desintoxicación, la premiada Cristina Cerrada nos habla mediante texturas inhóspitas de la similitud entre una naturaleza muerta y un divorcio no asumido a partir de una anécdota en apariencia anodina, el malagueño Cristian Crusat cuenta, dejando un regusto insatisfactorio en el lector y utilizando una atmósfera dislocada, el viaje por carretera de un muchacho en busca de un futuro incierto que no sea diferente a su pasado. Óscar Esquivias, editor en Tropo Editores, relata el proceso en el que una mujer sola acoge en su casa a un joven desvalido como si fuera su vástago hasta el punto que termina por convertirse en su hijo. Patricia Esteban Arlés aborda la realidad desde el extrañamiento y narra en primera persona la historia de un enano que ha perdido su bebé y la versión de su mujer del mismo hecho. En definitiva, el cuento español goza de buena salud y la realidad plural de esta antología es una acertada manera de comprobarlo, puesto que es un punto de llegada meditado.