Émile Verhaeren - Recuerdos

Pocas veces se podrá leer un homenaje tan sentido de un grande hacía un amigo. Yo, si soy sincera, no conocía al poeta, ha sido gracias a Zweig por la que me he percatado de la importancia del personaje.
Con su prosa elegante y sincera, con toques de admiración y amor por Verhaeren, Zweig nos lleva de la mano en el recorrido vital del protagonista y sobre todo desde la fecha en que entró en su vida y lo que significó para él. Leer sobre esta amistad es sumergirse en plena juventud de Zweig.
Los momentos que compartió con el poeta y su círculo más cercano (la mayoría eran escritores, escultores y otros poetas) calaron hondo en Zweig y dejaron su impronta, al igual que la muerte repentina de Verhaeren en plena primera guerra mundial, por un desgraciado accidente.
Un poeta que no quería enemigos y que huía de los enfrentamientos, sintió el dolor de la guerra, viendo como se invadía su Bélgica, algo de lo que también fue testigo Zweig (el momento en que narra como veía los cañones ocultos en vagones pasar a Bélgica es impresionante) supongo que eso le marcó cuando vio el devenir de la segunda guerra mundial, cosa que no pudo soportar y que acabó como muchos sabemos.
Dos personalidades distintas y complementarias, que se admiraban mutuamente, y que aprendieron el uno del otro.
Ya desde el principio Zweig advierte que este libro es algo personal, y se nota, está escrito con el corazón en la mano. Sólo un grande como Zweig puede hacer un homenaje así, tan sentido y didáctico a la vez.

En esta ocasión poco se puede decir de este libro ya que su extensión es realmente corta, menos de 90 páginas. Nos encontramos ante los relatos y vivencias vividos por Stefan Zweig con su amigo Émile Verhaeren. A lo largo de las páginas nos va describiendo como era este hombre, como lo conoció, las experiencias vividas en su compañía y otras personas que conoció a través de él. He de decir que por momentos se me hizo una lectura un poco densa por las vueltas que daba Zweig para contar cosas que muchas veces no eran nada del otro mundo, otra persona quizás encuentre cierto encanto en esto pero para mí resulto un poco tedioso. Recomiendo esta lectura sólo si eres un gran lector de Zweig o si sientes curiosidad por saber quien era Émile Verhaeren
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