Nada en el mundo puede oprimir tanto el corazón del hombre como la nada.
|
Nada en el mundo puede oprimir tanto el corazón del hombre como la nada.
|
querer jugar contra uno mismo representa, en definitiva, una paradoja tan grande en ajedrez como querer saltar sobre la propia sombra
|
El reloj para que no pudiese medir el tiempo, el lápiz para que no pudiese escribir. El cuchillo para que no pudiera abrirme las venas.
|
Pero ¿cómo una fama tan rápida no iba a nublar una cabeza tan vacía?
|
Acostumbrado a abrirse paso en la vida sin contemplaciones y halagado por el éxito de sus empresas, este self-made-man estaba tan firmemente persuadido de su superioridad que cualquier resistencia le irritaba como si fuera una insubordinación improcedente y hasta casi un insulto.
|
Cuanto mas se limita uno a una sola cosa, más se acerca uno al infinito. |
McConnor obedeció y acto seguido hicimos la señal con la cucharilla.
|
Al fin y al cabo, el único encanto del ajedrez reside precisamente en el despliegue diferente de una estrategia en dos cerebros, en el hecho de que no sepan las negras cuál será la maniobra correspondiente de las blancas en esta guerra del intelecto...
|
Para el ajedrez como para el amor es imprescindible una pareja
|
Toda mi vida me han intrigado los monomaniacos, las personas obsesionadas por una sola idea, pues cuanto más se limita uno, más se acerca por otro lado al infinito ; son precisamente estos seres en apariencia fuera del mundo los que, como termitas, saben construir en su ámbito una imagen reducida del mundo, única y extravagante.
|
Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises