Zweig lo ha vuelto a conseguir. Me engancha. Con cada descripción, con cada sentimiento, con cada palabra tengo más ganas de seguir leyendo. ¡Cómo me gustaría pasear por Viena y entrar en el café Gluck! El café... una de mis pasiones. Y sentarme a la mesa de Mendel..., y pedirle razones de un libro que me cuesta conseguir y con el que me estoy encaprichando: La sociedad literaria y el pastel de piel de patata. (Extraño título, pero real) |