Nunca extravagante, jamás excediéndose en el optimismo ni mintiéndose a sí mismo vanidosamente, sino más bien calculador constante, psicólogo y realista, Magallanes pone en la balanza sus garantías personales y decide que no son de suficiente peso. Sabe que solo entrará con buen pie en la Casa de Contratación si otros le preparan antes el terreno.
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