El jurado podría declararlo culpable, o inocente por insania. Pero la realidad es que tras esta historia, tétrica, terrible y dolorosa, existen hechos más que tenebrosos. El hecho de que haya atenuantes, como la indolencia de quien ha encumbrado a quien no lo merece ni comprende ¿ en realidad no lo comprende? . Generando de esta forma celos enfermizos y conductas altamente lesivas. La omisión múltiple por considerar irrelevantes datos que pueden llevar a evitar la comisión de algo tan tremendo que no me atrevo a mencionar. Pero lo más impactante es la forma en que Zweig traslada todo esto de la mentalidad de una mujer madura y que se supone con experiencia, a lo que no sabemos si realmente sucede en la mente de un perro( Ponto ) ...pero ante la evidencia no lo podemos descartar, Este siempre será un agravante de ley , y por supuesto, de lesa humanidad. Limpley es culpable por su obsequioso exceso, por su incapacidad para comprender que su conducta por muy afable y amistosa que se pretende debe ser mesurada, y por supuesto dispersa en todas sus acciones, centralizarla solo lleva al fracaso y la ausencia de una felicidad, que tanto asume y presume. Hay muchos partícipes, muchos culpables de acción y de omisión. Incluso yo soy culpable por haber disfrutado este escalofriante por probable relato . Pero dentro de mi mente la duda martillea constante ... Fue el ? No existe evidencia...todo es circunstancial. Excepto la irreparable pérdida. |