Clarissa

Ésta es una novela póstuma e inacabada de Zweig, escrita antes de su trágico final, cuando seguramente se encontraba inmerso en una depresión. Iba preparada para leer una obra con final abierto por inconcluso, pero no para lo que me he encontrado. Aunque no me arrepiento de haberla leído ya que las tres primeras cuartas partes me han encantado.

Una vez más Zweig entra en un personaje femenino para mostrarnos como nadie la psique de una mujer con gran profundidad. Clarissa, huérfana de madre y con un padre militar austríaco, pasa su infancia en un internado donde la falta de cariño y la soledad irán forjando su personalidad y carácter. Educada a distancia por un padre estricto e intransigente, se esforzará por no defraudarlo, pero la Gran Guerra truncará su destino y deberá tomar decisiones comprometidas.

A través de Leonard, un joven socialista francés que la protagonista conocerá en Lucerna, Zweig reflejará sus ideales humanísticos y políticos que conservó a lo largo de toda su vida. Y a través del profesor Silverstein, para el que trabajará Clarissa, expresará sus avanzadas ideas sobre la pedagogía y la psicología, así como otros aspectos sobre la moral y el deber.

La historia se irá forjando a través de unos personajes y una trama muy interesantes, pero hacia el final todo irá perdiendo fuerza, se desvanecerá y se precipitará hacia un final incierto. Los últimos capítulos incluso perderán su estilo de escritura para parecer simples apuntes sin desarrollar. Pero quiero pensar que de haberla podido terminar se hubiera tratado de una gran obra, más extensa de lo habitual en él y le hubiese buscado un final digno de ella.

De todas maneras leer a Zweig siempre es un placer, e intuir lo que hubiese podido ser también se convierte en un ejercicio no menos interesante. Una obra que recomiendo para los amantes del autor que ya conocen algunas de sus obras pero no para iniciarse en él.

Este es el libro más filosófico que he leído hasta ahora de Stefan Zweig. En él no solo acudimos a una historia de amor y tragedia, sino que también podemos acceder a muchos de los pensamientos del autor. A lo largo de sus doscientas páginas encontramos extractos de lo que Zweig pensaba de muchos temas de la vida como la guerra, el amor, la sociedad, la política…

Aunque estas partes en algunas ocasiones se han hecho un poco densas, a mi parecer han equilibrado con astucia la lectura, entrelazándose con situaciones de acción. Es cierto que en algún momento se me han hecho un poco pesadas las reflexiones del autor, ya que aparecían en forma de monólogo siempre en boca de personajes masculinos. Me parecían discursos paternalistas de estos personajes hacia la protagonista femenina, Clarissa. Por eso, me hubiese gustado que ella misma, que durante todo el libro demuestra una gran inteligencia y lógica, hubiese protagonizado alguno de estos monólogos tan reflexivos y profundos y no solo los hubiese recibido como discursos moralizantes.

Aunque esta historia, o más bien tragedia, está basada en un amor romántico, no se me ha hecho para nada pesado el tema. Tan solo en alguna ocasión me ha parecido un poco pasteloso, pero el autor lo ha compensado con creces en numerosas ocasiones a través de algunas descripciones muy bellas de pueblos, lagos, montañas y gentes anónimas. Porque en este libro Zweig ha querido destacar al ser humano por encima de la sociedad, por encima de la masa de personas que conviven unas con otras en pueblos y ciudades como si de un enjambre de abejas se tratara. Este es un homenaje al campesino, al ama de casa, al oficinista, a la enfermera. al individuo.

Además del amor, este libro trata temas sumamente interesantes como el papel de la mujer en la sociedad, su educación y formación, los pocos trabajos a los que podía acceder en aquella época para poder vivir de sí misma, el matrimonio o el aborto. Para mí ha sido toda una sorpresa que el autor tratara este último tema y, sinceramente, en cuanto lo presentó tuve un poco de miedo y expectativas por ver su opinión al respecto. He de decir que no me satisfizo demasiado en cuanto a su opinión, ya que no me quedó del todo clara, pero sí que me alegró el que hablara del tema sin tapujos y nos mostrara las dificultades y la opinión de la sociedad de su época. Quizá esta sea una manera del autor para criticar la penalización del aborto entonces, pero después de tantos discursos, charlas y reflexiones esperaba que también hubiese una un poco más profunda sobre el tema.

Como siempre, Zweig no me ha defraudado en absoluto. Este libro me ha parecido de la misma alta calidad que alguno de sus relatos cortos, añadiendo reflexiones muy interesantes y sorprendentes. Otra recomendable novela del autor.

Siempre es un placer leer un buen libro y cuando éste nos obliga a reflexionar para cuadrar todos sus elementos se convierte en todo un reto bibliográfico.
Antes de leer Clarissa, estuve buscando críticas e información sobre la novela que más que orientarme me despistaron bastante a la hora de interpretar esta obra.
Se repite hasta la saciedad que Clarissa recoge el legado humanístico de Zweig y buena parte de su visión del mundo.
Desde mi punto de vista (totalmente discutible) la novela puede leerse de otro modo: Clarissa es la historia de la vivencia del amor por parte de la protagonista en sus diversas modalidades.
Así experimenta el amor de su padre, frío y tímido, que se manifiesta en las visitas semanales al internado y en el seguimiento pormenorizado de su avance académico a través de estadísticas y anotaciones. Heredera de la forma de ser de su padre, Clarissa no tiene muchas amigas si bien la que tiene no es una muchacha cualquiera. Marion, que así se llama la joven, llega al internado donde triunfa entre las alumnas, aunque sólo por un breve tiempo, hasta que se descubre su verdadera historia.
Al salir del internado, Clarissa ve a su hermano (una figura que aparece en contadas ocasiones en la novela) y tras una conversación con su padre, decide buscar un trabajo que le guste.
En este proceso encuentra a un valioso amigo, el doctor Silverstein, un conocido psiquiatra que le orienta y le anima a ir a un congreso a Lucerna, donde conocerá a Leonard. Clarissa y él se harán amigos, compartirán sus ideas y al finalizar el congreso, establecen una relación sentimental en la que las efusiones emocionales son menos importantes que las ideas que comparten. Este amor de verano acaba con el estallido de la Guerra Mundial. Leonard vuelve a Francia y Clarissa regresa a su país de origen, donde descubrirá que ha quedado embarazada.
Preocupada por las repercusiones que el tener un hijo de un francés justo en un momento de guerra con ese país, baraja la idea del aborto que consulta con su amigo Silverstein. Finalmente decide seguir adelante y tendrá un hijo varón, que como señala el narrador en el último capítulo, será lo único que le quede a Clarissa.
Esta novela es pues un recorrido por el amor filial, de amistad, laboral, sexual y maternal de Clarissa, una especie de bildungsroman, en la que la plenitud del amor parece estar encarnado, al menos para la mujer, por los hijos.
La obra además está repleta de reflexiones sobre muy diversos aspectos que se incluyen en la obra como elementos sencillos pero que son fruto de una vida ya plena y terminada: la naturaleza del tiempo, la crueldad de los jóvenes, la honradez e idealismo encarnado por unos personajes (como el padre de Clarissa o Leonard) frente a la corrupción de otros (el que se convertirá finalmente en su esposo), la necesidad de tomar decisiones contrarias a las idea personales para evitar el daño de los más débiles, el papel de la mujer en el trabajo, en la guerra y en la familia; el aborto o la hipocresía de la sociedad.
Se trata una novela que en ocasiones juega con el desconcierto que provoca su trama para despertar la conciencia del lector e invitarle a reflexionar.

Esta es la historia de Clarissa, una joven tímida cuya existencia insulsa ha estado marcada por el rigor, la rectitud y los ideales patrióticos impuestos por su padre, militar austríaco obsesionado con la idea de proteger al Imperio.

Es con ocasión de una conferencia en Suiza cuando Clarissa, en un momento de disfrute de su plena libertad, conoce a Leonard, un joven francés imbuido por ideales socialistas. Ambos inician una historia de amor que se verá súbitamente interrumpida por el estallido de la Primera Guerra Mundial.

El mundo de Clarissa se convierte en una clara separación entre enemigos del Imperio y valientes soldados que luchan por él. Una separación de naciones en una guerra decidida por las más altas autoridades pero que siempre termina sufriendo el pueblo.

Para Clarissa, nada será como antes. Cuando descubre que está embarazada de un hijo cuyo padre es tildado de enemigo, no cesará en su lucha por evitarle la deshonra a su padre.

Gran novela breve de Zweig impregnada de los ideales humanísticos que mantuvo durante toda su vida. La exploración de los sentimientos humanos la convierte en una novela repleta de humanidad.

Antes de nada, tengo que aclarar que "Clarissa" se trata de un libro inconcluso pues Zweig se suicidó antes de llevarlo a término. Yo no lo recordaba cuando lo compré y aunque esto podría echaros para atrás, creo que es un libro que merece la pena por todo lo que transmite.

La vida familiar de Clarissa, huérfana de madre y de padre militar, hacen que viva parte de su infancia en un internado para niñas. Alejada de su familia espera con ganas los fines de semana en los que su padre con la elegancia y el porte que le caracterizan entra en la sala de visitas, robando miradas, con el objetivo de averiguar, mediante un exhaustivo cuestionario, cómo evoluciona la formación de su hija. Menos escasas serán las visitas de su hermano, un joven con una prometedora carrera militar.

Desde muy pequeña ella es consciente de que las relaciones con las otras niñas no son excesivas, y es que el carácter poco emocional de su padre ha provocaron que se muestre tímida e insegura con sus compañeras. Quizás por ello siempre sintió que pasaba desapercibida, aunque sí que hará una gran amistad que terminará con final abrupto.

Por obligación, cuando se convierta en una joven madura, deberá buscar una salida laboral que le permita cierta estabilidad y un futuro en la vida. Y será la minuciosidad y obsesión por el orden que heredó de su padre, lo que la conviertan en la secretaria de un psiquiatra coetáneo de Freud. Un hombre que ayudará a Clarissa y será clave en algunas de las decisiones que ésta tome, además las charlas de ambos nos acercarán a las ideas y el interés que Zweig tenía sobre la psiquiatría.

"Hace tiempo que, para juzgar a los demás, solo tengo en cuenta si me convierten en mejor persona. Sólo me pregunto si me siento mejor cuando estoy con alguien"

Silberstein, que así se llama el psiquiatra, decide enviar a la joven a unas conferencias en Suiza. Y será en ese ambiente donde Clarissa se sienta otra, nadie la conoce, se siente libre, por lo que trata de relacionarse con toda la gente. Es precisamente allí donde conocerá a Léonard un profesor francés mayor que ella del que se enamorará, pasando a vivir una corta pero intensa relación en la que ambos se rendirán al encanto del otro. Pero en agosto de 1914 no pueden negar la inminente guerra que les acecha. Los amantes deberán separarse, cada uno debe de acatar su deber, y éste pertenece al bando contrario del otro.

Es así como comienza la odisea de Clarissa que pronto descubre que está embarazada de Léonard. Su amor para ella, un francés odioso para el resto. Con un trabajo nuevo donde pueden descubrir la verdad sobre su estado, y un padre que no le perdonaría quedarse embaraza de un enemigo, se ve en la necesidad de actuar. Lo que refleja a la perfección la crítica de cómo la mujer tenía que mantener su honor, pues la dignidad de su familia estaba en su mano. E incluso se tocan temas como el aborto en la época.

"La invadió el presentimiento de que estaría sola durante muchos años. Tendría que callar, siempre callar. No podría confiar en su hermano ni en su padre"

Zweig se nutre del relato puramente subjetivo de sus protagonistas para mostrar sus ideas, en las que es notorio su rechazo hacia la guerra. Una guerra que libran los ciudadanos, cuando los que tomaron las decisiones esperan sentados como meros espectadores de lo que han provocado. La evolución de sus protagonistas refleja el miedo y la incertidumbre del momento, la rabia que se tenía contra el enemigo cuando éste estaba igual de perdido que ellos, la necesidad imperiosa de luchar por unas ideas que han sido impuestas.

"Nos involucramos de lleno en las necedades que cometen nuestras naciones. En el patriotismo. ¿De qué nos sirve ser honrados y bienintencionados si encima de nosotros hay un puñado de personas que no quieren serlo?"

Tengo que decir que al comienzo de su lectura eché en falta ese Zweig que te atrapa y conquista con su narración, tarda en arrancar la historia a la que hace referencia su sinopsis...supongo que porque el texto iba a ser mucho más extenso que sus doscientas páginas. Me parecía que abusaba de monólogos, en boca de sus protagonistas, que solo pretendían reflejar sus ideas. Pero a medida que avancé me encontré de nuevo con ese Zweig que recordaba, con ese estilo tan pulido, elegante y majestuoso que utiliza.

"Clarissa" es una joyita de la literatura a pesar de estar inacabada. Una historia que va más allá del puro entretenimiento, pues nos permite reflexionar sobre la guerra, sobre los miedos de la población y las consecuencias que ésta tuvo. Pero especialmente destaca la forma en la que Zweig retrata la situación de una mujer con una emotividad y profundidad que solo él puede conseguir. Una maravilla que no os podéis perder.

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