Aunque hay un toque de exageración e irrealidad en el personaje del niño, no hay duda de que Zweig es un verdadero genio transmitiendo sensaciones con esa magnífica narrativa. Desde las primeras páginas y con esa metáfora de la caza describiendo al conquistador "profesional", Zweig ya demuestra su grandeza descriptiva. Y por no hablar de cómo parece conocer hasta el más mínimo anhelo del alma de una mujer. Muy recomendable, como siempre este autor |