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Crítica de Queridobartleby


Queridobartleby
17 May 2022
«Dunkler frühling» (Primavera Sombría) está escrito en las treguas de su enfermedad mental hacia 1967. Es un libro autobiográfico en el que Unica se retrotrae a su infancia y preadolescencia.

Unica, emplea la tercera persona para narrar. Quizás esto pueda ser debido a tratar de despegarse de unos temas que, en general, le producen dolor y empleando un alter ego –la otredad, como en Kavan-, se proporciona una pantalla protectora a sí misma.

Lo primero que refleja la autora, es un padre al que idolatra. Pero el primer revés que sufre Unica, es un padre ausente que apenas está en casa y difícilmente puede disfrutar de su presencia:

«Pronto, al hacerse mayor, con una mezcla de dolor y sorpresa, se percata de que él apenas está en casa. Lo echa de menos. Es caro de ver y cuando uno es caro de ver, se le echa de menos.»

Nos habla la autora en edad infantil, de los primeros extrañamientos en las diferencias entre los sexos. Descubre que el cuerpo de su hermano no es como el de ella. Constata que tiene un miembro genital totalmente distinto del suyo. Estos primeros descubrimientos la obsesionan:

«Comienza un largo período dominado por la idea del cuerpo masculino, que se convierte en una auténtica obsesión.»

En esa obsesión de los sexos, tiene lugar un episodio en el que observa con aversión la fealdad el cuerpo desnudo de su madre:

«Una larga mañana de domingo la niña se acerca a la cama de su madre y se asusta ante aquel cuerpo voluminoso que ha perdido toda su belleza. La mujer, disgustada se burla de la pequeña y deja asomar por la boca abierta y húmeda una lengua desnuda y larga.»

Este acontecer en el que sufre el rechazo de su madre, traumatiza a la niña. Son sus primeros desencuentros con una madre con la que nunca sintió cercanía alguna.

En una visita de su padre, viene acompañado de una mujer que le regala una muñeca a la niña. Unica en la usurpación del cariño de su padre, lastra la muñeca.

La niña experimenta la soledad ante la lejanía de sus padres hacia ella, su mundo le parece incomprensible:

«Se siente profundamente sola y comienza a odiar el mundo de los adultos.»

La impotencia de un mundo que no entiende provoca la experimentación dolorosa de objetos que restriega violentamente por sus partes íntimas.

La niña va creciendo. Se sigue abriendo al ámbito de la exploración sexual, incluso experimentando sueños impúdicos placenteros:

«En sueños, conoce por primera vez la lujuria y, desde ese momento, tiene la capacidad de volver a sentirla siempre que lo desea.»

Su casa continúa desestructurada. Su padre, en Oriente Medio, su madre con un nuevo amante. En ese contexto de apartamiento, aparece la cuidadora Frieda Splitter. Supone una tabla de salvación para la joven. Frieda es una joven adulta desinhibida, fuma, se maquilla, canta. Por los celos de su madre, ese oasis termina con la sustitución por otra persona, que ella tilda como fea y lejana.

En el colegio se hace amigo de dos chicos. Un niño chino tímido, Eckbert y otro más atolondrado, Franz. Entre los tres tienen lugar juegos peligrosos, en los que ella parece ser la víctima:

«Sufre en silencio y se pierde en ensueños masoquistas en los que no caben los pensamientos de venganza y las represalias.»

El único refugio de la casa es la biblioteca. «20.000 leguas de viaje submarino» ilustrado, es uno de sus libros preferidos. El capitán Nemo es uno de sus héroes favoritos. Lo siente más cercano a ella que los adultos reales con los que convive.

Refleja la autora los temores nocturnos, al tener que subir sola por las noches para acostarse, a su habitación. Tienen un esqueleto de un gorila en la casa y teme que el cuerpo aparezca debajo de la cama cuando está dormida por la noche.

Aparece en escena, Elisa Urquiza, una niña española con la que juega. Ambas disfrutan representando piezas teatrales.

Una de las revelaciones más desoladoras del libro, es la violación por parte de su hermano mayor:

«Él se le echa encima y le clava el “cuchillo” (así es como ella lo llama) en su “herida”. Aplasta a la pequeña, subiendo y bajando a gran velocidad y respirando aceleradamente. Lo único que ella siente es un dolor punzante.»

Unica tiene solamente 10 años. El hermano la amenaza si cuenta lo ocurrido (Su hermano realmente confesó haber abusado sexualmente de su hermana).

Si ya de por sí, Unica se encuentra ajena en su propia casa, este suceso supone un apartamiento mayor al no poder comunicar lo acontecido con nadie.

Su refugio más recurrente es la biblioteca. Supone un lugar seguro de la casa. Un volumen llama su atención, «Historia ilustrada de la moral sexual» de Fuchs. Se masturba mirando el libro, «pero esa recurrente sensación de placer le deja un vacío que la oprime.»

A raíz del suceso con su hermano, cada vez tiene sueños más recurrentes en torno a hombres que ejercen la violencia contra ella. A pesar de que quieren incluso «matarla», siente que al menos es «centro de atención», al contrario que en casa, donde se siente apartada:

«Todas las noches revive la sensación de morir como si fuera la primera vez.»

Refiere Unica la atracción de las niñas hacia un profesor. Se siente privilegiada, pues la elige frecuentemente para escribir en la pizarra, al ser la que tiene la mejor escritura de la clase.

Aprendiendo a nadar, siente atracción por su profesor de natación. Pero más concluyente es cuando queda obnubilada con un bañista maduro, que lo identifica con el que en sueños viene a matarla:

«Está tan emocionada por la aparición de ese hombre que no le importaría morir en ese mismo instante. Para ella, no hay nada tan magnífico ni emocionante como contemplar a ese extraño. Por primera vez en su vida ama a alguien que no es su padre.»

Sabe de la imposibilidad de sus fantasías amorosas:

«La desesperanza siempre ha protagonizado sus experiencias amorosas.»

Lo más terrible del relato es ese momento desgarrador, sin consuelo de Unica, donde imagina una escena de suicidio, que desgraciadamente haría realidad tres años después de escribir el libro:

«¿Acaso hay alguien que sea feliz? ¿Cuánta gente habrá ahora mismo en el mundo que está pensando en tirarse por la ventana? La invade un profundo sentimiento de compasión por las personas, por los animales, por sí misma.»

Unica plasmó en unas pocas páginas -en el libro de Pepitas, cincuenta-, la intensidad de su vida temprana, que luego se prolongaría a lo largo de toda su vida. No es importante la extensión de los libros; aquí, menos es más; me estoy acordando ahora, de otra pequeña joya, «Los Adioses» de Onetti; más dentro del campo de la ficción, pero con la maestría creativa y prosística que caracterizaba sus escritos.

Unica con una prosa desnuda, que roza lo poético por momentos, nos confiesa sus debilidades y temores; un mundo familiar adulto que no comprende; padre idolatrado pero ausente, madre despreocupada que desprecia, hermano violento que no duda en ultrajarla. En ese estado de incomunicación, su supervivencia pasa por dejar su voluntad volar al amparo de las páginas e imágenes de los libros. Junto a la violencia, el sexo adquiere gran importancia. Tiene lugar el despertar sexual, pero a través del sexo sufrirá la agresión de su hermano. Su indefensión se plasma con prácticas sexuales y sueños violentos. En compañía de la violencia y el sexo, el amor. Pero un amor idealizado que ella sabe que se antoja imposible, con su consiguiente posterior carga doliente inconsolable, sin salida. Pero lo que más subyace de sus confesiones -como en Anna Kavan-, es su desoladora soledad.

Antes de concluir, destacar, la edición de Pepitas; la preciosa portada; la acertada traducción de Alba Lacaba y Raquel Vicedo; el imprescindible emotivo prólogo de Lurdes Martínez.

Incluyo en la Página, información adicional y material gráfico:


Enlace: https://queridobartleby.es/u..
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