¿Conque hay otra vida más y otro mundo que el de aquí? ¿Conque es verdad, ¡ay de mí!, lo que no creí jamás? |
¿Conque hay otra vida más y otro mundo que el de aquí? ¿Conque es verdad, ¡ay de mí!, lo que no creí jamás? |
Pavor jamás conocido el alma fiera me asalta, y aunque el valor no me falta, me va faltando el sentido |
¿Duda en mi valor ponerme, cuando hombre soy para hacerme platos de sus calaveras? |
El amor que hoy se atesora en mi corazón mortal, no es un amor terrenal como el que sentí hasta ahora; no es esa chispa fugaz que cualquier ráfaga apaga; es incendio que se traga cuanto ve, inmenso voraz |
¡Ah! Me habéis dado a beber un filtro infernal sin duda, que a rendiros os ayuda la virtud de la mujer |
¿Qué sentimientos dormidos son los que revela en mí? ¿Qué impulsos jamás sentidos? ¿Qué luz, que hasta hoy nunca vi? ¿Qué es lo que engendra en mi alma tan nuevo y profundo afán? ¿Quién roba la dulce calma de mi corazón? |
Tan incentiva pintura los sentidos me enajena, y el alma ardiente me llena de su insensata pasión. Empezó por una apuesta, siguió por un devaneo, engendró luego un deseo, y hoy me quema el corazón |
¡Bah! Pobre garza enjaulada, dentro la jaula nacida, ¿qué sabe ella si hay más vida ni más aire en que volar? |
Pues si es en mí tan notorio el valor, mira Pascual, que el valor es proverbial en la raza de Tenorio. Y porque conozco bien de su valor extremo, de sus ardides me temo que en tierra con mi honra den |
Sólo una mujer como ésta me falta para mi apuesta; ved, pues, que apostada va |
Es el primer libro publicado por Carlos Fuentes.