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“Dentro de un mes, Inés mía, parto a la guerra de Flandes; al año estaré de vuelta y contigo en los altares. Honra que yo te desluzca, con honra mía se lave, que por honra vuelven honra hidalgos que en honra nacen” ~ A buen juez, mejor testigo de José Zorrilla. Breve lectura, eso sí en verso –aunque reconozco que facilita– que, la verdad, poco me ha dicho. Es la historia de una joven que ofrece su honra a un joven que se va a la guerra con la promesa de que a su vuelta harán efectivo su amor. Pero bueno, ya sabéis que las promesas se las lleva el viento y a la vuelta, el joven convertido en caballero tiene más intereses que el amor de la muchacha. Ella, que ha estado esperando durante años el regreso de su amor, acude a los tribunales donde comparece su único testigo. ¿Quién será quien tenga la última palabra? ¿Se cumplirán las promesas realizadas y el deseo de la joven? . Lo mejor, como siempre, los debates con mis compañeras que le sacan punta a todo, vaya bien o mal. |
Escritora española, miembro de la Generación literaria del 27. Nació en Valladolid y falleció en Madrid. Hija de la maestra Rosa-Cruz Arimón, sobrina nieta del escritor José Zorrilla. En 1908 se trasladó a Madrid al barrio de Maravillas a vivir con su abuela materna. Estudió escultura en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y allí conoció al pintor Timoteo Pérez Rubio, con quien se casó en 1921.
La Guerra Civil lo cambió todo. En 1936 su esposo se alistó voluntario y Chacel firmó el Manifiesto de los intelectuales antifascistas, colaborando con la prensa republicana y trabajando como enfermera. Con su hijo Carlos partió a Barcelona, Valencia y luego al exterior, a Francia. Finalmente, se reunió con su marido y vivió el exilio en Brasil.
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