Vestidas para un baile en la nieve

He de reconocer que no es una lectura fácil, los testimonios de las entrevistadas por la autora son duros y, de vez en cuando, hay que parar para reflexionar sobre las palabras de estas mujeres acerca de una experiencia tan dura y determinante en sus vidas. Por esta razón, quizá una de las cosas que más me llama la atención y que me choca tremendamente es que muchas de ellas declaran que volverían a pasar lo que pasaron por llegar a ser quiénes después fueron/son.

Por otro lado, me emociona ver cómo buscaban, pese a las circunstancias, la belleza y las emociones positivas, que encontraban, en ocasiones, en lugares tan insospechados como la contemplación después de una noche de trabajo tendidas sobre un charco de barro, pero también en los lazos que las unían a quienes compartían con ellas la experiencia, en la cultura que recordaban y en su propia (y dificultada por las condiciones de vida) creatividad.

¡Qué gran labor la de la autora! Me siento muy agradecida de que este libro se cruzara en mi camino. Me entristece que algunas de las entrevistadas no llegaran a conocerlo convertido en tal, pues es todo un reconocimiento a su capacidad de resistencia y resiliencia.