Gente que cuenta

He tardado casi un mes en acabar este libro que recopila entrevistas de Anatxu Zabalbeascoa, no porque no me enganchara, sino al contrario: de tanto que me ha gustado desde la primera página, he querido hacerlo durar y he dedicado día tras día un noche tranquila y toda mi atención a cada entrevista (los fines de semana, el regalo de dos). Muchas de ellas ya las había devorado antes, cuando se publicaron en El País, pero ahora todas amalgamadas, con la continuidad de sus preguntas y respuestas, me ha dado la impresión de haberme sentado a conversar con todas ellas y ellos al acabar el día.

Anatxu primero hace un pequeño esbozo sobre el carácter de cada protagonista, después recoge la entrevista y concluye cada encuentro con la novedad (que no aparecía en las publicadas en el periódico) de unas páginas que completan y redondean el encuentro, donde se explica el proceso y los entresijos de la entrevista.

Las preguntas de Anatxu no son superfluas. No son ni las preguntas ni las respuestas de siempre. Buscan la raíz, la importancia de lo que no se nombra en las respuestas repetitivas de otras entrevistas convencionales o en la vida diaria. Son conversaciones que te conectan con lo que de verdad importa. Cada entrevista es una puerta abierta para entrever al otro. Se acerca a la complejidad de cada invitado desde las ganas de entenderlo, desde lo que cuenta y desde cómo lo cuenta.No retrata al personaje ni al famoso, sino a la persona que hay delante, con su historia única, con sus claroscuros y sus contradicciones.

Cada una de las entrevistas me ha aportado algo, ha ampliado mis perspectivas. En todas una enseñanza, una curiosidad, algo que aprender. Son entrevistas llenas de poesía, de historias, de verdad, una verdad plural como recogen un par de las muchas citas que tengo subrayadas: “La verdad tiene varios lados, por eso es un terreno tan complejo.” y “La verdad está en muchos sitios. A veces te asalta y a veces debes tratar de buscarla. Me siento privilegiado buscándola.”

En estas entrevistas Anatxu no logra esconderse del todo, a pesar de que las preguntas y las observaciones que hace son completamente neutras. Su presencia me ha hecho recordar la “teoría del iceberg” donde solo muestra lo esencial, la punta del iceberg, pero en el subtexto y en los silencios, retratando a los otros también podemos verla a ella.

Es de esos libros que sales otra después de su lectura y más cuando has visto tantas vidas en sus páginas. Como explica Anatxu: “entrar en la vida de otra persona exige, parece ser, alterar también bastante la tuya". Gente que cuenta rebosa anécdotas, experiencias, inspiración, reflexiones y, sobre todo, mucha humanidad.

Mi agradecimiento a Círculo de Tiza y a Masa Crítica de Babelio por la oportunidad de conocer este libro que pasa a ser parte de “mi pequeña biblioteca de mudanza”, libros que son hogar y alimento para mí, que ayudan a conformar mi arquitectura interior y que encierran la esencia del arte, de la experiencia, de la belleza y de la vida. Un regalo recibir este ejemplar de esta editorial, de la que me declaro —después de leer cinco ejemplares de su catálogo— fiel lectora, tanto por su cuidada edición como por su enriquecedor contenido.