 |
El bien, el mal... Siempre se ha dicho que ni los buenos lo son tanto ni los malos son tan malos, pero... ¿Y qué pasaría si estás en un momento de lucha constante por sobrevivir? ¿Serías capaz de pensar únicamente en ti o pensarías en el bien común de los que únicamente son como tú? ¿De verdad hay algo malo en ser jodidamente malvado para sobrevivir? Eduardo nos plantea un universo en el que nos vamos a encontrar personajes a los que querremos partirles la cabeza con un bate (lo siento, soy una pingüina un poco especial) y otros a los que querremos en nuestro equipo de por vida. En trance muerto nos encontramos una historia llena de miles de cosas, realidad, zombies, clichés (de los buenos) relaciones que dejan huella... Algo más de 500 páginas que van subiendo y bajando. No puedo decir que todo fuese en subida y ya está, pero esto es bueno, porque al final hay un subidón de los que merecen la pena. No es una historia típica, aunque tenga clichés de los de toda la vida, hay giros inesperados que nos hacen querer leer más y pensar en eso de "¿Esta todo inventado en la literatura de zombies?" Tardé un poquito en leerlo, no son buenos tiempos y últimamente cuando me atasco leyendo me cuesta luego retomar la lectura, pero no es culpa del libro, es totalmente mia ¿Lo recomiendo? Sí, para fans del género y para los que saben apreciar esos momentos de maldad pura para conseguir objetivos (y que saben que un libro es una historia, que no implica que en la realidad se sea así, al menos no del todo... ) |
>
