Viaje a la costa

En “Viaje a la costa”, Kazumi Yumoto habla sobre uno de sus temas fetiche, la muerte. Como en todas sus obras lo hace de una forma original, muy diferente de lo que se espera con esa temática.

Mizuki está en su casa cuando de repente ve a su marido. Lo curioso es que este desapareció hace tres años, la policía ya hace tiempo que le dio por muerto. No es un fantasma, pues tiene corporeidad y come profusamente; sin embargo, tampoco parece estar vivo. Juntos emprenderán un viaje hacia un destino indeterminado. A pesar de que pueda parecerlo, no es una novela de ciencia ficción y de muertos vivientes (al menos no en el sentido convencional).

El libro es ese viaje tranquilo que realiza la pareja, un trayecto sin grandes pretensiones, que dibuja un camino común donde vida y muerte no se presentan como opuestos sino como complementarios que conviven, aunque no nos demos cuenta.

Un libro que puede leerse en clave simbólica sobre el duelo. El duelo como un viaje que supone un enorme trabajo de introspección y autoconocimiento que surge tras una pérdida, cuando una persona se ve forzada a reconstruirse. Así, en ese duelo-viaje, no importa a donde van los protagonistas, ni en una sola ocasión se nos menciona un destino concreto, lo importante es lo que les sucede, lo que sienten, lo que aprenden. Me di cuenta de que la mayoría de las cosas que dice el marido, no tienen demasiada importancia, sin embargo, lo grande está en todo lo que dice y siente Mizuki, el sujeto activo de ese duelo.

Un libro muy japonés en el sentido de que no pasa demasiado, lo importante son los sentimientos. Muy sencilla de leer, pero con la que, a pesar de su intensidad, no he logrado conectar igual que con otras obras de la autora. Cuestión de gustos porque “Viaje a la costa” es preciosamente la favorita de muchos. Aun así, bien merece la lectura porque el estilo de la autora es de lo más bonito que hay en la literatura japonesa actual. Eso sí, no recomendaría leerlo si estáis pasando por un momento emocional difícil, ¡mejor para más adelante!

En este libro conocemos a Mizuki, una mujer que de repente recibe en casa la visita de su marido, el cual había muerto hacía unos años.
Ellos dos empiezan a hablar tan tranquilamente y, tras explicarle él como fue su muerte, le pide que se vayan de viaje a la costa.

La sinopsis pinta bien, te puedes imaginar que la historia va sobre el duelo que tiene que pasar ella por la pérdida y su posterior recuperación.
A mí no me acabó de gustar. No llegué a empatizar con ninguno de los dos ni me conmovió en ningún momento la trama, que supongo que es uno de los fines que tiene el libro.
Sí que está muy bien escrito pero tampoco vi una gran reflexión sobre la pérdida y la superación ni nada que me llamase demasiado la atención.

Lo recomiendo si queréis leer algo ameno y poder acompañar a los dos protagonistas a un viaje por la costa muy diferente.