Memorias de Adriano

los grandes hombres se caracterizan precisamente por su posición extrema; su heroísmo está en mantenerse en ella toda la vida.

Mucho me costaría vivir en un mundo sin libros, pero la realidad no está en ellos, puesto que no cabe entera.

[…] olvidaba que en todo combate entre el fanatismo y el sentido común, pocas veces logra este último imponerse.

La enfermedad nos hace sentir repugnancia de la muerte,y queremos sanar, lo que es una manera de querer vivir.

"las intrigas se habían anudado en torno a su juvenil cabeza, con innobles esfuerzos por ganar su influencia o sustituirla por otra"

El niño de Claudiópolis descendía a la tumba como un faraón, como un Ptolomeo. Lo dejamos solo. Entraba en esa duración sin aire, sin luz, sin estaciones y sin fin, frente a la cual toda vida parece efímera; había alcanzado la estabilidad, quizá la calma.

Lo humano me satisface, pues allí encuentro todo, hasta lo eterno.

Lo que yo era capaz de decir ya está dicho; lo que hubiera podido aprender ya está aprendido. Ocupémonos ahora de otras cosas.

El verdadero lugar de nacimiento es aquel donde por primera vez nos miramos con una mirada inteligente; mis primeras patrias fueron los libros.

La mayoría de los hombres notables de la historia tuvieron descendientes mediocres,por no decir peor, dando la impresión de que habían agotado en sí mismos los recursos de una raza.
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