Sueño profundo

Tengo que decir que esta ha sido una lectura que me ha sorprendido bastante. Me esperaba encontrar otra cosa, y no lo digo como algo malo. En ella he encontrado un estilo que me ha recordado mucho a Murakami. Creo que son dos autores que tienen muchas cosas en común y unen lo mejor del estilo tradicional nipón con la literatura occidental.
Estamos ante tres relatos, lo que también me ha venido muy bien ahora mismo para leerlo mucho más rápido, ya que no me encuentro centrada como para leer una novela larga. En los tres, narrados en primera persona, nos encontramos con que los protagonistas se están enfrentando a una pérdida que los afecta de manera profunda y que tienen que aprender a sobrellevar ese dolor, pero si estáis esperando encontrar grandes dosis de dramatismo…esto no es para vosotros.
Algo que me ha gustado mucho es la delicadeza de los relatos, la suavidad con la que la historia se va desarrollando, cómo las piezas van encajando poco a poco y de manera natural. Ahora mismo, y a pesar de que puede parecer que trata temas duros, es una lectura que me ha dado mucha paz.
No es un libro para devorar, pero sí para leer despacio, sumergiéndose en la historia.
Aparte del tema de la muerte, en los relatos encontramos otro hilo conductor: el sueño. Y es que en los tres los personajes se encuentran con el mundo onírico de una u otra manera.
En «Sueño Profundo» la protagonista se encuentra constantemente dormida, hasta que algo, un impulso, le anima a despertar.
En «Los viajeros de la noche» quien duerme no es la protagonista, sino su prima, quien se presenta de imprevisto en su casa a altas horas de la madrugada o quien duerme en cualquier momento y lugar.
Por último, en «Una experiencia» la protagonista siempre tiene una especie de alucinación auditiva antes de caer rendida, tras haber estado bebiendo toda la noche.

Nos encontramos con tres protagonistas de las que no podemos llegar a formarnos una opinión, porque al no ser relatos demasiado largos no evolucionan ni cambian, por lo que desde el principio tienen un carácter muy marcado que se va manteniendo, apenas alterado, a lo largo de la narración. No puedo decir que no me hayan gustado, porque estaría mintiendo. Quizá si tengo que decir la que menos me ha gustado esta sea Fumi-Chan, ya que aunque su historia es la que tiene elementos más fantásticos es con quien menos he podido empatizar.
Shibami, la narradora del segundo, creo que es quien más me ha gustado, porque a través de ella conocemos no solo su propio dolor, si no el de Marie, su prima, aunque si soy sincera su relato es el que más indiferente me ha dejado.

La narración me ha gustado mucho y, sin duda alguna, volveré a leer a Banana. Es más, ya tengo echado el ojo a otro par de libros de la autora que espero que caigan pronto en mi poder.
Os lo recomiendo si queréis conocer autoras nuevas o iniciaros con literatura oriental.
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