En Hormigas en la lengua, Lena Yau nos ofrece un viaje hacia el autodescubrimiento, toda una aventura para la protagonista, Pino Chica, hija de inmigrantes en Venezuela, y su familia, que, a través del lenguaje, de la palabra, trata de recuperar, de hilar progresivamente su presente con el pasado que le atraviesa, pues la única forma de saberse viva es nombrando y cuestionando todo aquello que forma parte de su realidad. A lo largo de la novela, Pino Chica se topa con personajes que encarnan sus propias preocupaciones, junto a ellos camina y aprende todo aquello que no pudo aprender cuando era pequeña. Estos le sirven de espejo donde mirarse, ya que, a través de ellos y de las experiencias de las que ella también participa, la protagonista conoce y se reconoce a sí misma. En cuanto a contenido, la novela resulta sugerente, pero pierde con la forma en la que este se nos presenta. Me ha resultado muy difícil encajar las piezas de todo este entramado que supone la historia de Pino Chica. Creo que el planteamiento se excede en elementos aparentemente innovadores que no contribuyen a reforzar el relato, sino todo lo contrario: generan distanciamiento a medida que avanza la narración. O al menos así me lo ha parecido a mí. + Leer más |