 |
Este libro me ha sorprendido por dos motivos fundamentales. El primero es que me ha gustado, me ha gustado mucho. Yo no leo fantasía, tiende a aburrirme soberanamente y hay muchísimas cosas típicas de la fantasía que no soporto. Descripciones interminables, world building, sistemas de magia… Este libro no tiene nada de eso, al menos no en la cantidad y densidad que suele echarme para atrás. Lo que necesitas conocer del mundo se te va presentando de manera orgánica y natural, a medida que sigues la vida de los personajes. Es cierto que no entra muchísimo en detalles (lo que para mí es una ventaja), pero tampoco te deja la sensación de que no entiendes cómo funcionan las cosas. La segunda sorpresa viene del lenguaje inclusivo. Yo trato de incorporarlo poco a poco mi vida, sobre todo cuando escribo en redes, pero aun se me resiste mucho. Por eso, aunque el lenguaje inclusivo fue el motivo principal de que quisiera leer este libro, pensé que quizá me costaría o resentiría la experiencia. Nada más lejos de la realidad, se hace super natural, en seguida le coges el punto y demuestra que el lenguaje es flexible, lo ha sido siempre. Lo inventamos conforme a lo que necesitamos transmitir y no hay necesidad de cerrarlo al cambio. Si el lenguaje no puede describir la realidad en la que vivimos… ha fracasado en su esencia misma. Finalmente, comentar que me he enamorado de los personajes. Que me fascina la figura de la madre. Que estoy enamorada de Keha. Y que me encanta la estructura del libro. Este punto es sobre lo que he visto más opiniones “negativas” porque es cierto que da saltos temporales grandes. Pero, personalmente, no me he sentido perdida en ningún momento y se me ha hecho más dinámico. Además da la oportunidad de ver a los personajes en distintas facetas de su vida y yo soy de las que no suele soportar un libro entero que va sobre adolescentes, porque… adolescentes xD. Así que verles de adultos me ha gustado mucho. |
>
