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Este no es un libro fácil de digerir porque la temática que trata es brutal y, por desgracia, real para muchas personas que han tenido que sufrir y padecer ese horror. En ese sentido, hace mucho tiempo que no me enfrentaba a un libro cuya historia me entristeciera tanto. Sin embargo, y dejando a un lado el tema en sí, 'Tan poca vida' es como montaña rusa. Hanya Yanagihara es una narradora muy especial y a la que hay que seguir la pista. Aunque siento que por momentos al libro le sobran páginas y que a veces, muy pocas, flaquea un poco; el ritmo y la historia central hacen que no puedas despegarte, que no puedas parar. Es difícil hablar de los silencios en una historia de tantas páginas, pero los hay y son esenciales. Lo que no se dice, lo que los lectores debemos intuir e imaginar para llenar esos espacios, son otro fuerte en esta novela. La dura tarea de reconstruirnos como personas tras vivir en el infierno, puede llegar a ser casi tan dolorosa como aquello que nos ha roto. Creo que esa es la reflexión más grande que he experimentado con este libro. En una época de ‘gurus' de la autoayuda, de frases hechas sobre la felicidad y esa constante presión por alcanzar metas irreales, este libro nos pone los pies en la tierra y da un guantazo a toda esa superficialidad con la que a veces nos enfrentamos a la vida. Por eso es bueno abrirnos de vez en cuando a historias que cuentan estos infiernos a los que cuesta trabajo mirar pero que que están allí. Es bueno hacerlo a través de una buena pluma y de un talento incuestionable como el de esta escritora. Es bueno y es necesario. |
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