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Esta historia ambientada en la China de Mao nos llega en clave epistolar. El narrador es un dramaturgo quien nos relata como su tía, una ginecóloga, pasa de ser una comadrona a una eficiente abortista para cumplir con la política del hijo único y la planificación familiar establecida en China para controlar la natalidad, en los sesenta; también nos cuenta la hambruna –tema recurrente en Mo- habida al final de los cincuenta, luego de la llamada Revolución cultural. Por las páginas de este relato pasan mujeres obligadas a abortar, procedimientos hechos luego de los lapsos permitidos en los protocolos médicos y cuyo resultado era la muerte de la madre y, por supuesto, de la criatura. En fin, se trata de una historia sobre la pérdida de las libertades en los gobiernos totalitarios, la sumisión al poder y el fanatismo. Lástima que en las últimas treinta páginas, se vuelva muy lento el relato., pese a todo ampliamente recomendable.
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