El día de los trífidos

Pequeña sorpresa con esta novela de culto de la ciencia ficción clásica de cuya existencia no tenía conocimiento hasta hace poco.

La novela arranca con fuerza, nos muestra un mundo apocalíptico y devastado donde una importante mayoría de la humanidad se ha quedado ciega (¿le suena señor Saramago?) y dónde unos seres vegetales, llamados trífidos, que tienen la capacidad de usar y comunicarse, campean a sus anchas atacando a cualquier ser humano con el que se cruzan en su camino. La humanidad, se congrega en grupos o pequeñas sociedades que harán florecer lo mejor y lo peor de la raza humana, unos entes sociales políticos y jerárquicamente estructurados, fiel reflejo de cualquier sistema político actual, con todos los problemas que conllevan las estructuras de este tipo , la lucha por el poder, las castas, la rebelión, y todo aderezado con una aterradora lucha por la supervivencia.

La trama entremezclada, una acérrima crítica al estado soviético, acorde con el aire de anticomunismo que se respiraba en la América del momento, en pleno germen de la Guerra Fría, esta novela de 1951 sienta las bases del sentir social existente. El autor, que participó activamente en la II Guerra Mundial, quiso, refleja los horrores de la guerra en sus obras, como crítica y concienciación de lo que estas conllevaban.

Una novela cargada de acción y muy entretenida, que sin embargo, me ha dejado un sabor agridulce en su final y en ciertos hechos de la trama que he encontrado forzados o incluso fantasiosos, un claro ejemplo es la más que chirriante relación amorosa metida con calzador . No por ello esta obra deja de ser recomendable por su importancia como una de las bases de la ciencia ficción clásica. Una novela que da de mamar a gran número de obras impresas y audiovisuales posteriores y cuya influencia alcanza nuestra actualidad más reciente.