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Fue apenas unos días antes de empezar mi lectura de ‘La señora Dalloway' cuando descubrí la existencia de estos dos cuentos que orbitan a la novela y que recoge este tomo ilustrado y bellísimamente editado por @nordicalibros Así, los utilicé a modo de calentamiento, para ir entrando en contacto con la prosa de Virginia Woolf y fue todo un acierto porque así, supe lo que me esperaba, me quitó el “miedo” que llevaba a no entender nada y me hizo llegar aún con más ganas a conocer a la señora Dalloway. Ambos cuentos (‘La señora Dalloway en Bond Street' y ‘El vestido nuevo') pueden leerse perfectamente antes, pero diré, que yo volví a ellos tras acabar la novela y me gustaron aún más porque ya estaba metida de lleno en su universo. Son dos historias pequeñas que podrían perfectamente formar parte de la novela y, de hecho, parte del primero, coincide con las primeras páginas de la misma, aunque luego nos enseña una escena “inédita”. ‘La señora Dalloway en Bond Street' puede considerarse unos de los gérmenes de la novela puesto que lo escribió un año antes y donde la vemos ya ensayar esa forma de narrar tan suya que disfrutamos en la novela, donde un breve paseo por Londres para ir a comprar unos guantes, se convierte en un retrato tanto de la ciudad como de su protagonista, gracias a ese flujo de conciencia con el que narra todo lo que pasa por la cabeza de su protagonista, haciendo así, que la narración de la acción que la ocupa sufra constantes (¡y benditas!) interrupciones de todo lo que la rodea (tráfico, accidentes, encuentros, el tañido del Big Ben…) y también de sus recuerdos y pensamientos intrusivos. El segundo cuento, ‘El vestido nuevo' nos lleva directos a la fiesta de Clarissa Dalloway con la que cierra la novela, pero nos ofrece un nuevo punto de vista, el de Mabel, que nos presenta una nueva realidad, amplia las que presenta Woolf en la novela. Mabel es una mujer que se hace pequeña a causa de la inseguridad que le causa ese encuentro, esa gente, esa sociedad que la hace compararse y siempre, sentirse menos y fuera de lugar. ¡Qué sentimiento tan atemporal! al mismo tiempo, vemos su anhelo de pertenecer, pero también de no renunciar a si misma. Su deseo de ser independiente pero también ser amada. Mabel es contradicciones, como todas las personas somos. En los dos cuentos dialogan y coexisten diferentes realidades y personalidades, personas, mujeres en este caso, que conviven, pero no se llegan a entenderse debido a las diferencias irreconciliables que aporta su posición social, su bagaje y las oportunidades que han tenido. También veremos presentes algunos de los temas en los que Woolf ahondará en ‘La señora Dalloway': el paso del tiempo, el temor a la vejez o las heridas de la I Guerra Mundial. ¡No os perdáis estos cuentos si ya sois fans de la señora Dalloway! + Leer más |
Virginia Woolf te espera con su libro “Un cuarto propio”en la Fiesta del Libro para regalártelo y conversar sobre sus pensamientos.
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