Shug Atkins tiene trece años y vive en una casa junto a un cementerio. Su padre, que quizá no lo sea, lo mira con «esa mirada suya que me amenazaba con una muerte rápida que se hace eterna»; y, aunque es obvio que lo detesta, se sirve de él para entrar en casas de médicos y enfermos y robar barbitúricos. Me encontré con Daniel Woodrell otra vez en esta pesquisa mía por regresar a los autores que me han maravillado con un solo libro, la primera ocasión me acerqué a él con "Los huesos del invierno", descubrí una historia fuerte, propia de los ambientes en los que ha vivido el autor y a una Ree Dolly, su joven y valiente protagonista. Y aunque los temas de Woodrell colindan con la novela negra (debo admitir que no es lo mío), la exactitud de sus palabras y la honestidad de las historias lo hacen un escritor muy recomendable. Woodrell tiene la habilidad narrativa de describir situaciones trágicas y primordiales en la historia de forma implícita, sin recurrir a imágenes perturbadoras o extremas. Muy adecuadas para los neófitos como yo este género literario. Daniel vuelve a mostrarnos a su protagonista en un ambiente rural pobre, cruel y despiadado de las montañas, de productores y consumidores de drogas. Un mundo en donde se pierden los sueños y la inocencia de la infancia, un mundo donde lo único que importa es sobrevivir un día más. + Leer más |