¡Oh, una cuerda!

Libro breve que de una manera sencilla y valiéndose del conocido juego de tirar de la cuerda, muestra diferentes maneras de ver la realidad y como la mente de un niño en ocasiones, razona las cosas de la manera más simple y oportuna.
El libro es muy ameno y se lee en poco tiempo, es un libro ilustrado que puede ser leído por cualquier persona, aunque en principio parece estar indicado para público infantil, ya sabemos que las historias aparentemente más simples , esconden una gran lección detrás de su apariencia de sencillez

Una de las cosas que más me gustan de lo que denominamos “literatura infantil” es que, muchas veces, tiene obras que albergan una complejidad que podría no apreciarse a simple vista, pero que ayuda a los niños a entender el mundo y a pensar por si mismos. Ediciones Picarona nos trae un claro ejemplo de esto con el titulo “¡Oh, Una Cuerda! “. Mis agradecimientos a la editorial y a la plataforma de Babelio Español por el envío de este ejemplar, que gane en una edición del programa Masa Critica.

Un buen día, un hombre se encuentra una cuerda. Sorprendido, empieza a tirar de ella. Poco a poco se le van uniendo en la empresa varias personas. Todas tienen sus motivos para actuar así, pero ninguna tiene una razón concreta para hacerlo. Solo la actuación de un niño, en su inocencia, pondrá un poco de cordura en este sinsentido.

Una lectura corta y amena, que hará las delicias de los más pequeños, y les enseñara algunos valores positivos y que les ayudaran en su vida adulta. de la mano de la imaginación y la falta de ambiciones de un niño, el lector descubrirá que al final lo que importa es hacer lo que uno quiere de veras y vivir la vida lejos de cualquier convencionalismo y sin importar lo que hagan los demás. Es un libro muy moderno, que señala lo vacías y vanas que están las existencias muchas veces, y como los adultos olvidamos lo que realmente es importante y hace que la vida sea agradable: la amistad, el poder de la imaginación y la felicidad que aporta la libertad de prejuicios.

Una versión contemporánea de “El Traje Nuevo del Emperador” de Andersen con grandes ilustraciones a todo color que se lee en un suspiro y deja calentito el corazón. Respecto a las ilustraciones, debo decir que me han parecido muy expresivas y llenas de personalidad. No son solo bonitas (que también) sino que aportan mucho a la historia. Es una lectura que nos presenta de forma muy sencilla y directa una historia muy potente, me ha parecido muy interesante para un niño, llena de enseñanzas positivas y muy bien editado.

En definitiva, muy buen libro. Se puede sacar mucho de él.

Hace apenas 48 horas recibí en casa, como una niña recibe un regalo muy deseado, el libro de la editorial Picarona, ¡Oh, una cuerda!
En este caso se cumplió la norma de que mis prejucios negativos hacia determinados libros son totalmente equivocados.
En este álbum ilustrado de Cho Wonhee me he encontrado con una historia que me ha hecho recordar alguno de los mejores clásicos de la literatura infantil y juvenil como Donde viven los monstruos de Sendak en los que los espacios más áridos y aburridos de los adultos, se convierten, gracias a la imaginación infantil, en lugares llenos de vida, alegría y color.
En esta obra un hombre que va a trabajar se encuentra por el camino con una cuerda. al tirar de ella, descubre con sorpresa que no consigue hacerse con ellla. Probablemente alguien esté tirando de ella del otro lado. Después del hombre, pasa por allí una clienta suya que decide ayudarlo a tirar de la cuerda para ver si logra que le rebaje el precio de su casa. Luego pasa un joven que va al gimnasio y quiere lucir sus músculos, una joven que va a una cita, un anciano y, finalmente, un niño.
Los adultos le piden ayuda al pequeño para tirar: hay que ganar y conseguir la cuerda. Pero el niño se aburre. Suelta el extremo de la cuerda y comienza a recorrerla con curiosidad y descubre un montón de sorpresas maravillosas.
Y por supuesto, también descubre lo que hay al otro lado de la cuerda, que es algo que no le sorprende demasiado.
Con esta obra el autor nos muestra cómo la imaginación de los niños es capaz de hacer habitable los lugares más desolados y despoblados de la realidad.
Por otro lado, las ilustraciones, aunque sencillas, son muy expresivas. La cuerda se sitúa estratégicamente en el extremo derecho de la hoja del ese mismo lado, mientras los personajes van apareciendo por el lado izquierdo. Cuando se ponen a tirar de la cuerda, parecen quedar pegados a ella y se van uniendo los nuevos adultos que van apareciendo.
Sólo el niño va a ser capaz de moverse por las dos páginas, por la derecha y la izquierda, con total libertad, arriba y abajo, subrayando así también con los dibujos la idea que subyace a lo largo de la historia: la imaginación es un modo de vivir la realidad que nos enriquece y nos hace libres, la que nos permite llenar de colorido y seres vivos un mundo que de otro modo sería, sin duda alguna, demasiado serio.
Una obra diez para regalar a cualquier niño o adulto aficionado a este género, al que sólo se podría poner como pega la calidad del papel, quizá demasiado fino.

🧵 Todo comienza con una cuerda. Un día, un hombre se la encontró. Y tiró. Pero alguien tiró también al otro lado.

Una señora que pasaba lo vio, y se sumó. También ella tiró. Y también el chico. Y la chica. Y el abuelo. ¡No podían ser menos!

➕ Uno a uno, se van sumando distintos transeúntes, todos ADULTOS.

Nadie sabía por qué tiraba. Nadie sabía qué había al otro lado. Pero si desde el otro lado hacían fuerza, desde éste, más. Si desde el otro lado querían ganar, ganarían de éste.

👦🏻Entonces pasó un niño. Obligado por los demás, tiró de la cuerda, pero pronto descubrió que era más divertido cruzarla, subirse en ella, trepar. Y así, llegó hasta el otro extremo.

Y descubrió lo absurdo de la situación. Y descubrió cómo acabar con ella de una forma en la que solo el ingenio, la imaginación y la sencillez de la INFANCIA puede hacer.

🤔¿Qué habría al final de la cuerda?

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Lo absurdo, lo ilógico. El orgullo, la fuerza. La masa, hacer lo que dicen los demás. El conflicto porque sí. Hasta que llega un niño.

Un niño como la mirada sencilla hacia el mundo y hacia los demás.

Tan sencilla como lo es este #albumilustrado de poco texto y mucho fondo blanco. Y una cuerda que todo lo cruza.

Me encanta el modo en que el autor nos va sumergiendo en la trama, siendo imposible resistirse a pasar cada página buscando el final de la cuerda.

Un libro, además, editado en un formato alargado que simula la extensión de una cuerda.

Una #novedadeditorial de mediados de 2022 que siempre me llamó mucho la atención y que, al leerlo, me dejó una sonrisa y la creencia ciega de que los niños son siempre los que mejores soluciones encuentran.

😉 Como no quiero hacer spoiler, no diré más que estamos ante un libro estupendo para reflexionar.

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