Rosie y sus brillantes gafas de

Si la sinopsis de este libro promete nunca podía haber imaginado que tras las páginas de esa preciosa portada hubiera escondida tal magia.

Willow y su hermano Asher viven entre dos casas, como lo hacen unos niños cualquiera con sus padres separados, pero con la diferencia de que ellos notan el gran contraste entre su madre y su padre. Su madre, Rosie, es toda vida, una persona dispuesta a cometer cualquier locura con sus hijos, con el único objetivo de pasarlo bien en la vida. En el mundo de Rosie no faltan colores ni dulces (pajitas de azúcar picapica de uva, las favoritas de Willow). Por otro lado el padre de los niños, Rex, es todo seriedad y normas, poco fan de demostrar el cariño que siente por sus hijos, lo único que les da es un listado de normas que deben cumplir cada día.

Así se presenta la historia al principio pero poco a poco va evolucionando y cambiando de una forma en la que somos incapaces de imaginarnos que lo hará. A lo largo de la novela la vida de Willow y Asher cambiará de forma drástica y esto es debido a sus padres, pero sobre todo a la alocada Rosie, a quien la felicidad y el entusiasmo la desbordará de una forma en la que no nos lo podemos imaginar.

Hay que destacar que Willow es una niña muy apegada a su madre, desde el momento en el que nació, por lo que ve aún peor la vida con su padre. La niña siempre viste igual, con unos leggins morados, camiseta negra con el dibujo de una herradura y unas converses negras y a su madre le entusiasma la idea de que su hija tenga esa identidad. Por el contrario Rex desaprueba que la vestimenta de Willow sea siempre la misma.

Otra cosa que molesta a Willow es que su padre tenga más roce con Asher, que le muestre a su hermano más afecto y juegue con él. Así que ya os podéis imaginar la pesadilla que supone para Willow irse con su padre. Tan poco espera de él que las muestras de cariño que Rex le hace a su hija no las aprecia, Willow se encuentra constantemente en el brillante mundo de su madre, lo que no sabe es que ese mundo no es para siempre, tarde o temprano acabará por derrumbarse.

Una de las cosas que más me han gustado de esta lectura (aunque me ha gustado todo) es la narración, se van alternando capítulos del pasado y del presente, lo que nos ayuda a entender mejor la relación entre Rex y Rosie, su separación y las cosas que suceden en el presente. La lectura se hace muy amena y rápida, engancha muchísimo y al tener los capítulos cortos (cosa que siempre agradezco mucho para poder parar y no dejarlo a medias) hace que digas uno más y sigas leyendo sin parar hasta que te das cuenta que llevas ya medio libro.

Puede ser que debido a una situación cercana, a la que me ha recordado la novela, haya empatizado mucho con el libro y esto me haya hecho leer sin parar y acabármelo en día y medio; o puede ser que Rosie atrapa a todo lector y te impide moverte de sus páginas.

Al contrario de lo que se podría pensar al leer mi reseña y la sipnosis, mi personaje favorito ha sido Rex, ya que es de esas personas que tras su coraza y su dureza esconden un gran tesoro, su corazón. Detrás de todas esas normas y la aparente frialdad se esconde un padre que quiere a sus hijos y se preocupa por ellos, pero que está asustado por no hacerlo del todo bien.
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Rosie es muy distinta a Rex. Todo en ella es pura magia, romántica... sin embargo, Rex es serio y su forma de amar un tanto ruda, pero ambos son la muestra de que los polos opuestos se atraen... aunque el tiempo haga ver que nada es tan maravilloso como parece.


Tras el divorcio, Willow, la hija de Rex y Rosie, tiene que salir a flote en un mundo dividido, en un mundo en el que, para ella, solo está su madre y nada más que ella; una madre perfecta, una madre que todo lo que toca lo convierte en pura diversión al contrario que su padre, que, en él, parece no haber amor y sí normas y más normas. Pero aunque todo es perfecto con su madre, el mundo de Willow sufre demasiadas carencias que se ven agravadas con el cambio de Rosie. Unas carencias que solo ella, y no su hermano Asher, parece sufrir. Unas carencias que demuestran que tras cada sonrisa hay un mundo totalmente desconocido y que no todo el que sonríe lo hace por felicidad.



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Lo primero que nos encontramos es una portada que dice mucho de lo que vamos a encontrar, una portada que, una vez has leído la historia, si la analizas con detalle, ves la cantidad de mensajes: Roise y su vestido floreado, Willow de su mano sobre un raíl, un raíl en busca de su destino y que, aunque el sol parece brillar, las nubes grises se acercan a paso raudo por otro lado. Sin duda, una imagen perfecta acompañada de una tipografía que casa la perfección con la idea que se quiere transmitir.


"Rosie y sus brillantes gafas de colores" cuenta con 58 capítulos más un prólogo y un epílogo. Son capítulos cortos, unos de como mucho dos páginas, otras un poco más.



Cada capítulo viene enumerado y, en algunos, se nos indica el tiempo de la historia que vamos a leer en ese capítulo. ¿A qué me refiero? La historia se nos cuenta desde el momento en que Rosie conoce a Rex, desde el pasado hasta el presente. Un capítulo nos habla del pasado y el siguiente del presente hasta que pasado y presente convergen de forma magistral. El pasado centrado en Rosie y Rex y el presente más en Willow y en su hermano.


La historia está narrada en tercera persona desde el primer momento. En los capítulos en los que se nos habla de pasado, como he citado antes, vemos la historia desde el punto de Rosie y Rex; cuando volvemos al presente la vemos en mayor parte desde los ojos de Willow.


Las escenas tienen las descripciones justas y sin andarse con rodeos. Descripciones que se adentran en tu mente igual que un thriller psicológico provocando en el lector infinidad de emociones. Y, aunque en un principio puedan parecer en ciertos momentos un tanto "acarameladas", para nada lo son. al instante comprendes por qué camino nos va a llevar la autora y es una explosión. Primero amor, imaginación, todo un mundo de color de rosa que se va desvaneciendo hacia nubarrones, hacia la triste y la perdida.


La pluma de Brianna Wolfson es muy amena, cercana, natural; lenguaje sencillo, parrafos cortos pero cargados de emoción. Diálogos justos, dejando que sea el personaje quien hable con sus actos, con sus sentimientos.



Los personajes son una auténtica delicia y tan cercanos que los sientes como tus amigos, tu familia.


Rosie es un personaje excepcional, una persona en la que ves amor radiando por sus poros de la piel, que se entrega a todo el mundo; sin embargo, hay que saber mirar tras esa sonrisa porque no todo es de color de rosa.


Rex hubo un momento en que me disgustó, incluso sentí desprecio hacia él, pero conforme lo vas conociendo ves que es una persona incomprendida y que necesita encontrar la forma de mostrar los sentimientos de la forma que el resto de personas de su alrededor necesitan.



Asher es un amor de niño y su inocencia está tan bien construida que cada vez que aparece en escena te arranca una sonrisa.


En cuanto Willow, sin duda, el mejor de todos. Meterse en la piel de un niño es bastante complicado, y más en este caso que es una niña falta de amor, una niña que necesita de su padre tanto como de su madre; una niña que sufre acoso en el colegio y nadie lo ve. Una niña desgarrada por dentro, incomprendida, que solo buscar ser querida.



¿Qué es lo que más me ha gustado? El cómo la autora nos adentra en la piel de una familia en la que todo parece tan perfecto y no lo es; en una familia que, de puertas para fuera, es la más maravillosa del mundo, pero que, sin embargo, tiene demasiadas carencias; en una familia que nos refleja una situación que, aunque en ficción, no deja de ser muy real en muchas personas.



¿Un punto negativo? Me hubiera gustado que el epílogo hubiera sido un poco más extenso, que hubiera contado un poco más. No obstante, el punto y final de la historia es sublime.



¿Qué más puedo decir? "Rosie y sus brillantes gafas de colores" es historia que traspasa el papel, que se adhiere a tu alma de tal forma que te hace vivir tal cantidad de emociones que cuando cierras el libro necesitas un tiempo para asimilar lo vivido. Y es que Brianna Wolfon te sacude, te conmueve, te desgarra y a la vez te muestra un mundo de color de rosa a través de una gafas destrozadas con su forma de escribir tan brillante y natural.
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Lo que este libro me hizo sentir es indescriptible. Tan pronto como comencé a leer el primer capítulo, me gustó el estilo de escritura de la autora y la forma en que comunica los sentimientos de los personajes. Sobre la trama, solo puedo decir wow, porque aunque es una historia de ficción, todo lo que sucede es bastante real. Sinceramente, fue fascinante poder entrar en algo tan maravilloso.

No sé si fue por la situación en la que se encontraba o por su forma de ser, pero creo que la protagonista es uno de los personajes con los que más he empatizado en los últimos libros que he leído. La entendí hasta el punto de llorar y sonreír cuando lo hizo, sufriendo y sintiendo su dolor e incluso riendo en voz alta con ella. Así que créanme cuando digo que me identifico mucho con ella.

En resumen, Rosie y sus brillantes gafas de colores ha sido una lectura que comienzo sin expectativas, algo que me hizo disfrutar mucho de ella. Con un argumento de ficción que parece real y su estilo de escritura sencillo y maravilloso.