La mirada del ángel

"La mirada del ángel" de Thomas Wolfe es un viaje literario que desafía la fácil categorización. Esta extensa novela de iniciación, ambientada a principios del siglo XX en la ficticia ciudad de Altamont (basada en Asheville, Carolina del Norte), se sumerge en las complejidades de la familia, la identidad y la búsqueda de significado en un mundo en transformación.

La novela sigue a Eugene Gant, el miembro más joven de la familia Gant, mientras navega por los desafíos de crecer en un pequeño pueblo del sur. La familia Gant, al igual que la ciudad misma, se convierte en un microcosmos de los cambios sociales más amplios que ocurren durante la época. La prosa de Wolfe se lee como poesía, con descripciones ricas y una predilección por frases repetidas que crean una experiencia hipnótica e inmersiva. La estructura de la novela, con sus frases fragmentadas y ocasional surrealismo, refleja la aleatoriedad de la vida y la naturaleza escurridiza de la memoria. El motivo de la repetición, a veces hasta llegar a lo inquietante, refleja las experiencias de los personajes con el déjà vu y contribuye a la calidad onírica del relato.

De esta forma, el libro es una telaraña de emociones que explora la aleatoriedad de la vida, el aislamiento dentro de las relaciones y la interacción de la culpa, la vergüenza, el orgullo, las expectativas y los desafíos. La habilidad de Wolfe para capturar la psique humana y las luchas internas de sus personajes añade profundidad a la narrativa.

La riqueza del lenguaje de Wolfe y la intensidad emocional de la historia hacen que sea una lectura profundamente inmersiva y, en ocasiones, emocionalmente desafiante. La habilidad del autor para retratar lugares, estados de ánimo y personajes es evidente a lo largo de la novela, dando vida a Altamont y sus habitantes en las páginas.

Ya a un nivel personal, "La mirada del ángel" se ha convertido en el favorito de mis estanterías, un compañero literario que resuena en un nivel profundo. La exploración de Wolfe sobre la condición humana, las preguntas existenciales y la danza intrincada de las relaciones deja una marca indeleble. La capacidad de la novela para evocar risas, lágrimas y autorreflexión habla de su relevancia atemporal.

En un mundo que a menudo busca eficiencia y brevedad, la obra de Wolfe puede parecer densa y desafiante. Sin embargo, para aquellos dispuestos a embarcarse en esta odisea literaria, las recompensas son abundantes. "La mirada del ángel" no es solo una novela; es una experiencia que perdura, invitando a los lectores a enfrentar sus propios momentos "perdidos" y encontrar significado en el intrincado mosaico de la vida.

Cuando era más joven pensaba tontamente que si alguien tardaba mucho en leer un libro era porque no le estaba gustando. Con los años te das cuenta que no, porque hay libros que se disfrutan a pequeñas dosis, que te gusta saborearlos lentamente, que tienen tanto que contar que tú como lector necesitas parar para ir asimilando. La mirada del ángel es uno de esos libros. Una obra que refleja a la perfección lo que es la vida. Una novela de formación dónde acompañaremos a Eugene Gant en su descubrimiento de un mundo hostil pero del que, con unas descripciones hermosas y muy bien construidas, terminamos valorando y agradeciendo el poder existir.

La mirada del ángel tiene muchas cosas: el descubrimiento del mundo, la diferencia de oportunidades, la incomprensión, la enfermedad, la búsqueda culpable de soledad, los primeros amores, la muerte, la vida... Pero si hay algo con lo que más he disfrutado es sin duda alguna con el retrato de la familia Gant. Los distintos miembros de la familia están magníficamente definidos. Me ha parecido grandioso el retrato de cada uno de ellos. El personaje de la madre, Eliza, me parece uno de los mejores personajes que he tenido el placer de conocer en la literatura. Las relaciones familiares que se dan entre los hermanos, y entre los hermanos y los padres. El odio entre ellos pero también el cariño. Siento que no encuentro palabras para definir el magistral retrato familiar que hace Wolfe en este libro. Todavía tengo en mi cabeza distintas escenas dónde reina la incomprensión de unos y otros, imponiéndose el sentimiento en la personalidad de todos ellos. Pero es que si nos paramos a pensar lo realmente complicado es comprendernos unos a otros, porque el ser humano es egoísta por naturaleza, y es en las relaciones familiares dónde la confianza es absoluta convirtiéndose en un pozo de cultivo perfecto para que la incomprensión y el egoísmo gobiernen las relaciones entre los distintos miembros, y Wolfe no tiene ningún reparo en plantarnos en nuestra cara este retrato sincero en extremo de su familia.

Una absoluta historia de vida.

Hay libros que llegan a tu vida en el momento justo y consiguen marcarte de una forma especial. Cuando se publicó “La Mirada del Ángel” su extensión me echaba un poco para atrás; además, tenía la idea preconcebida de que me iba a resultar complicado. Ha sido un libro que he leído pausadamente, saboreando cada momento y disfrutando de todo lo que leía. No tenía ninguna prisa por terminarlo. Incluso llegó un punto que no lo quería terminar porque no me quería despedir de la historia.

Me ha encantado y he estado totalmente atrapada. Este libro no tiene una trama definida, no hay un hecho significativo. Nos encontramos ante la historia de la familia Gant. Iremos descubriendo como va creciendo la familia y las peculiaridades de cada uno de sus miembros. “La Mirada del Ángel” es una historia familiar de principios del siglo XX en Estados Unidos. Llegados a un punto, Eugene empieza a tener un papel más protagonista.

En ciertos aspectos me recordaba un poco a “Los Buddenbrook”; pero a diferencia de ésta última que llegados a un punto se me hizo un poco repetitiva, con “La Mirada del Ángel” no me ha pasado esto. Las últimas 100 páginas me las leí prácticamente en un par de sentadas.

La forma en la que está escrito me ha parecido en algunos momentos hasta poética. La sutiliza y belleza de la narración me dejaba en muchos momentos impresionada. Estamos ante un libro que merece muchísimo la pena leer, pero creo que hay que leerlo en el momento adecuado porque es un libro algo extenso y al final hay que dedicarle tiempo. Pero de verdad, encontrad ese momento porque merecerá muchísimo la pena.

Para terminar quiero hacer un par de menciones especiales. La primera, a la edición de Trotalibros Editorial por lo cuidada y maravillosa que es. Contiene un árbol genealógico de la familia Gant para que situemos en todo momento a los personajes. La otra mención es para la traducción que realizó Miguel Ángel Pérez Pérez. Impecable. Perfecta.

Thomas Wolfe será siempre recordado por sus relatos breves. Este no es un libro corto ni fácil de leer, pero es sin embargo una pieza de éxito del autor por su sinceridad y sensibilidad, un análisis y una confrontación del individuo con la Vida y el Mundo. Una obra para leer despacio y digerir.

Un libro lleno de ternura y amor, que relata el dolor de la familia Gant y sus problemas; padre alcohólico, madre codiciosa y hermanos que intentan sobrevivir. Eugene busca su espacio en este mundo sin ayuda. Reconocimiento a través de una familia que se descompone frente a una crisis, o cómo la educación nos marcará el destino de una forma u otra; qué hay en alma de alguien que sufre? ¿Qué valor tiene su soledad o sus silencios? Eugene sobresale a pesar de todo, estudia persiguiendo alcanzar su universo.

Es cierto que es un libro denso, repetitivo, excesivamente descriptivo hasta el enésimo grado, lleno de personajes exasperantes y avanza muy despacio. También es posiblemente el libro más poético que he leído recientemente. Es una novela llena de registros, muy norteamericana, con sus luces y sus sombras. Con todas sus cosas buenas y malas.

Una joya de esas para disfrutar párrafo a párrafo, lento, solo por el placer de leer y entender toda la perspectiva de Wolfe, que es sí mismo Eugene Gant.

¡Una joya para cualquier biblioteca! Un libro para recuperar y volver a leer.

Qué difícil es dejar una opinión sobre este libro. Fue un regalo de una amiga a quien le encantó y quizás mi ilusión era esa.
No puedo decir que no me haya gustado, esas cuatro estrellas hablan de una literatura cuidada pero también es una literatura exigente.
Un libro autobiográfico siempre es complicado y el autor recurre a los flujos de conciencia sobre todo en la primera mitad del libro, con saltos en el tiempo que a veces me sacaba de la lectura.
Es un libro sobre la soledad en familia, el crecimiento de un niño en un mundo difícil, en el que no encontrará su sitio. Y esa familia es inolvidable, quizas por mostrar todos sus "defectos", lo que hace que los sentimientos del lector hacia ellos no queden en la indiferencia.
Sin duda, el reposo de esta lectura me hará recordar a esos personajes.

Nota: pasados unos días desde que lo acabé, he de subir media estrella más, porque el paso de los días me ha hecho recordar momentos del libro que serán imborrables.