Música de mierda

Vamos a sentar las bases de mi YO musical: no me gusta especialmente la música, aunque sea melodiosa, llegado el momento no solo me aburre, sino que me molesta, a diferencia de otros no me puedo concentrar escuchando música y si me concentro dejo de escuchar todo; por otra parte, no soporto la música alta, los acordes estridentes, lo experimental… todo eso me hace doler la cabeza y el oído…literalmente hablando. Acabo de descubrir que existe una condición denominada anhedonia específica de la música que es algo así como la incapacidad para experimentar placer, la pérdida de interés o satisfacción en la música… no creo que mi caso sea tan grave, pero por ahí anda.
Ahora, nada de eso quiere decir que no tenga mis gustos, como cualquier hijo de buen vecino, pero sin ser crítico, ni tener ningún tipo de formación ni criterio objetivo para evaluar la música siempre he creído más del 90% de las cosas que Carl Wilson plantea, ¿por qué el gusto de un “crítico” vale más que el mío?, ni todos los premios de la crítica lograrían que me guste algo que no me gusta… y si alguien me dice “¿cómo es que no te gusta X?, yo contesto, “yo soy así, gorda, vieja y con mal gusto”.
Creo que entendí la lógica del libro Música de mierda, Celine Dion es solo un ejemplo, es material de estudio pero no me gusta que se “ensañen” con ella, me hubiese gustado que en la demostración de la tesis se pusieran otros ejemplo que me imagino no faltan en el mundo de la música.
Todo el ensayo te pincha constantemente cualquiera que sea tu bando, lo que se consideran con buen gusto y los que no, hay polémica para todos. Aquí se disecciona la psicología del gusto estético, la anatomía del cool y se hace una autopsia al éxito. Me encantó.