Veintisiete vagones de algodón

“¡Tú y yo, mi vida, hemos estado aquí sentados juntos en el balancín, meciéndonos arriba y abajo desde que acabamos de cenar! ¿Te lo has metido bien en la cabeza?” ~ Veintisiete vagones de algodón de Tennessee Williams.

¡Menuda historia! Así comienzo esta reseña. Y digo, ¡menuda historia!, porque es breve –no se tarda ni media hora en leerla– pero en cuanto terminas no sabes muy bien cómo encontrarte. Mi primera impresión fue muy diferente, o así quise que fuese, de la segunda, de la meditada.

Contada en forma de teatro, Veintisiete vagones de algodón narra la relación entre tres personajes: Jake y su mujer Flora y el sindicalista Silva Vicarro y de cómo este último investiga, y quiere sonsacarle a Flora, si ha sido Jake la persona que ha incendiado los vagones de algodón del sindicato. Así, dividida en tres actos, conocemos los sucesos en el primer acto en el que además nos queda claro el maltrato de Jack hacia Flora; en el segundo tenemos la aparición de Vicarro y de cómo quiere sonsacar la información que necesita a Flora; y en el tercero, que es precisamente el capítulo que descuadra todo, no tengo aun claro que tenemos porque es tan "dual" lo que en él se narra que nos ha dado para debatir largo y tendido en #clasicosflash.

Así que si queréis salir de dudas os aconsejo dos cosas: leer las reseñas de mis compañeras etiquetadas y que comparto en historias; y leer esta breve obra que podéis acompañar con un café porque no os va a llevar mucho tiempo. Interesante, sobre todo, qué magia ha hecho el autor con estos tres personajes sin necesidad de grandes introducciones ni de alargar.

Catalogado como teatro drama/humor sinceramente me pareció más dramático que humoristico, a medida que iba leyendo la congoja y el desasosiego se fueron apoderando de mi y en ningún momento le encontré la gracia si es que era eso lo que pretendía el autor

Jake es propietario de una desmotadora de algodón, gracias al monopolio del sindicato liderado por Vicarro su negocio se ha visto mermado y se le ocurre quemar la maquinaria de éste, para así obligarlo a que distribuya el trabajo de desmotar 27 vagones cargados de algodón. Las sospechas de que el incendio ha sido provocado no se hacen esperar, pero no hay pruebas así que Vicarro decide sonsacarle a Flora, la esposa de Jake, toda la información que esta pueda darle

Flora una mujer poco valorada y maltratada pasa de ser la marioneta del marido a ser una muñeca de trapo del sindicalista, uno gracias a su delito tiene trabajo y el otro en venganza abusa de su mujer, amparándose en la gran idea de "la política de la buena vecindad" un invento de Jack y quién las paga? Pues la de siempre... la que piensa que es querida y sueña (o enloquece todavía no lo tengo claro) sabiendo que aún quedan mas vagones por desmotar