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ISBN : 8437640520
384 páginas
Editorial: Ediciones Cátedra (10/10/2019)

Calificación promedio : 4.08/5 (sobre 31 calificaciones)
Resumen:
En este volumen se reúnen los dos primeros éxitos de Tennessee Williams, que irrumpieron en la escena norteamericana con el propósito de «sustituir al teatro ya agotado de las convenciones realistas». El zoo de cristal (1945), fue el primer intento de su autor de crear un «teatro plástico»: una «obra de recuerdos», construida alrededor de una pequeña familia empobrecida, cuyos miembros se aferran al sueño o al pasado, y en donde la supervivencia sólo será posible a ... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (10) Ver más Añadir una crítica
Guille63
 09 December 2023
Este comentario es para Un tranvía llamado deseo. Si tienen curiosidad, aquí escribí algo sobre El zoo de cristal: https://es.babelio.com/livres/Williams-El-zoo-de-cristal-Un-tranvia-llamado-Deseo/176376/critiques/223134

Realmente, no se puede leer la obra sin ver a Brando y a Leigh encarnando a Stanley Kowalski y Blanche DuBois. Hay imágenes de la película de Elia Kazan imposibles de olvidar, que se imponen a la mente sin remedio. Sin embargo, la obra de teatro difiere de ella en algunos aspectos importantes. Empezando por el final, que Hollywood impuso y que es radicalmente distinto al que ideó el autor. También se omitieron las menciones que en la obra se hacen a la homosexualidad y se tuvo que hacer menos evidente la escena de la violación.

La obra es la lucha de dos mundos, ambos movidos por deseo, ambos trágicos y construidos bajo el peso de las circunstancias y en complicidad con un temperamento y un carácter incapaces de sobreponerse a ellas. Este fue el caso de Laura, la hija tullida de El zoo de cristal, y este es el caso de Blanche Dubois, un personaje que también comparte rasgos con Amanda, la manipuladora madre de Laura, que sufre el contraste de vivir una existencia vulgar, rodeada de cosas y personas vulgares, tras una infancia y juventud esplendorosa vivida entre damas y caballeros. Blanche es una víctima del viejo mundo, rico, elegante, clasista y esclavista, apegado a la tierra, a las normas incuestionables y a las tradiciones, un mundo en decadencia.

“No quiero realismo. Quiero... ¡magia! ¡Sí, sí, magia! Trato de darle eso a la gente. le tergiverso las cosas. No le digo la verdad le digo lo que debiera ser la verdad”

En el otro lado del ring se encuentra el pragmatismo de un capitalismo que no entiende de honores ni respeta estatus. Stanley es decidido, firme, sin dobleces, sentimental, un ser primario siempre con miedo a que se tambalee su posición de macho alfa, nada amigo de contemporizar, un extranjero que reniega de sus raíces, una fuerza de la naturaleza que, con la ayuda del esnobismo aristocrático de Blanche y de esa idea tan roussoniana sobre lo natural, nos empuja a simpatizar con él en un principio… solo en un principio.

Decía Tennesse Williams:

“No creo en héroes y villanos, creo tan sólo que las personas toman el buen o el mal camino, y no por elección, sino por necesidad o por ciertas influencias que les afectan y todavía no comprenden, por sus circunstancias y por sus antecedentes.”

Yo sí creo en buenas y malas personas, yo sí creo que existe el mal y que este no es solo consecuencia de las circunstancias, aunque sí pueden propiciarlo y amplificarlo. Yo sí creo que Stanley Kowalsky es un ser egoísta y ruin, dominante y colérico, un maltratador que enmascara sus miedos y su necesidad de dominación en el afán de rescatar a su familia de las garras de la ninfómana Blanche y a la que impone su justo castigo por sus cuantiosas perversiones. Quizá el final de la película era necesario para contrarrestar esa imagen magnética que Brando transmitía.

Y en medio de la lucha, Stella, la mujer de Stanley y hermana de Blanche, educada y acostumbrada a otros modos y a otros escenarios, se ha adaptado bien al mundo de su marido al que es capaz de perdonar una y otra vez sus ataques de cólera. Puede que, una vez caído el telón, no tarde en descubrir quién es en realidad Stanley Kowalski y reciba así el justo castigo por lo que no quiso impedir, de la misma forma que lo recibió Blanche, trastornada por los remordimientos al haber despreciado antaño a otro ser tan angustiado por sus conflictos personales como ella ahora.
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Guille63
 12 March 2023
Comentario para Zoo de cristal)

Decía Virginie Despentes en su impresionante Vernon Subutex que “Somos inquilinos de las situaciones, nunca propietarios”, y todos sabemos lo difícil que puede ser hacer frente a las condiciones que se nos impone en el contrato de alquiler. Este es el caso de los personajes de El zoo de cristal, personas que se sobreponen a la poca fortuna que les ha reservado el destino haciendo lo que pueden. El drama es que lo que pueden queda lejos de ser suficiente o incluso aceptable por ellos mismos.

Amanda hace muchos años que ya no es la popular princesita sureña rodeada de apuestos pretendientes que fue o que cree haber sido. Ahora vive una existencia vulgar en su vulgar piso, abandonada por su marido y volcada en sus dos hijos, Laura y Tom, que, pese a sus continuas manipulaciones, no pueden recompensar a su madre por tantas ilusiones rotas.

Laura, simplemente, es incapaz de vivir. La cojera que sufre desde niña ha sido un factor determinante en su alejamiento del mundo al que ha sustituido por la colección de pequeñas figuritas de cristal que cuida obsesivamente y que son símbolo de su fragilidad. En una conmovedora escena que comparte con un posible pretendiente que su hermano ha llevado a casa instigado por su madre y por sus ganas de buscar una salida a su propia situación, Williams nos hace trágicamente conscientes de lo distinta que podría haber sido su vida en otras circunstancias.

Tom, el hijo mayor de Amanda, es el narrador, el que vuelve a ese sitio y a ese momento de su vida en el que se decidió su destino, en el que se entabló la lucha interna entre ir tras sus sueños o quedarse y hacer frente a sus responsabilidades.

“¿Quién demonios es capaz de salir de un ataúd sin quitar un solo clavo?”

Uno de esos dilemas vitales en los que, a poca conciencia que se tenga, siempre se pierde, da igual el camino que finalmente se elija, uno se siente abocado a no ser. Mala suerte, amigo.

“Eres el único joven de los que conozco que ignora que el futuro se convierte en el presente, el presente en el pasado y el pasado es un remordimiento eterno si uno no hace planes con antelación.”

Aunque el teatro es escrito con el fin de ser representado, cuando nos encontramos con obras como esta uno no puede sino rendirse a su fuerza, a tal demostración de talento, y sentir como su mente se convierte en ese escenario por el que, sin mucha dificultad, Tennesse Williams extenderá ante nosotros un trocito de la vida de unas personas que se debaten entre lo que desean y lo que el destino les permite alcanzar.
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Edd62
 30 September 2018
Un tranvia llamado deseo, conduce a Blanche DuBois, una mujer con un temperamento fuertemente histrionico, la cual ha llevado una vida de excesos, ocultos tras el telon de su rancia alcurnia sureña, y que le han permitido sobrevivir, hast que se ve descubierta su doble vida,
La parada final es en casa de su hermana stella y el esposo de esta, Stanley Kowalski de origen polaco, y tambien acostumbrado a mantener su preponderancia
En base a esto, Williams, deja entrever una lucha de poder, sentada a base de las falacias de Blanche y la agresividad manifiesta de Stanley,
Con un juego de luces que representa los claroscuros de ambos personajes y el resto de los personajes girando a su rededor, se medio develan hechos que quedan a la interpretacion de el auditorio, y que culminan en un final igual de rebuscado que las personalidades de los personajes principales, Blanche magnifica creacion, Stanley fuerte representacion del machismo pretendidamente tipico de clases segragadas,

Como en un escaparate transparente, el comportamiento melodramático de aquellos que han sido extraídos de su habitat original muestran un comportamiento poco natural, como parte de su mecanismo de supervivencia, a la vez que disuelve su fortaleza. Amanda, Madre de Tom y Laura.. todos se proyectan al público como seres restringidos ( animales enjaulados ) que en un espacio tan reducido, por las circunstancias , son incapaces de desarrollar sus capacidades.

En el Zoológico de cristal, desfila una colección de animalitos y costumbres nunca erradicadas de los mismo.
Adoptando la fragilidad del cristal que Laura , tanto dedica a su cuidado, fragilidad humana, fragilidad de los sueños, esperanzas que se hacen añicos tras el impacto de una realidad imposible de modificar, y que solo ofrece una perspectiva adulterada, como en un prisma vítreo lo hace la luz que se descompone en colores fantásticos.

Aunque irreales
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vedacris
 20 October 2021
RESEÑA DE UN TRANVÍA LLAMADO DESEO

Como ya me sucedió hace un par de meses con "Una gata sobre un tejado de zinc", del mismo autor, he vuelto a disfrutar mucho con esta obra de teatro.

He encontrado muchas similitudes en la psicología de los personajes de ambas obras y, después de investigar un poco la biografía del autor, confirmo que las dos están impregnadas de cierto factor autobiográfico.

Poco puedo decir sobre el argumento de esta obra, ya que seguro que la mayoría habéis visto su versión cinematográfica, pero sí quiero recomendar su lectura, ya que merece muchísimo la pena.

Me ha parecido tremendamente triste, pesimista y angustiante, con unos personajes muy bien desarrollados y con gran profundidad, las acotaciones consiguen meterte de lleno en la obra y hacerte sentir en la butaca del teatro observando gestos, cambios de luz, escuchando la música...nada de ello es casual y le dan muchísima fuerza a la acción y a los diálogos.

He sufrido con y por Blanche, odiado cada vez más a Stanley, y con Stella he experimentado ambos sentimientos sin ser capaz de definir cuál pesa más.

No ha dejado de ser curioso que haya terminado de leer este libro justo el 8 de marzo, ya que es una obra cargada de crítica social en la que hay violencia de género, machismo a raudales, lucha de clases, inmigración maltratada y unas tristes vidas de mujeres en la Nueva Orleans de los años 40.

Tabús como las agresiones sexuales, la homosexualidad y las enfermedades mentales se abordan clara y directamente en 'Un tranvía...'.

Para apreciar en su totalidad el valor y la valentía de esta obra, no se nos puede olvidar cuándo fue escrita (1947) ni lo conservador del público al que estaba destinada su representación: el estadounidense.
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piri772005
 13 September 2018
El gran dramaturgo norteaméricano explora en estas dos reconocidas piezas teatrales los oscuros deseos, la culpa y la fragilidad de la mente humana. El zoo de cristal un texto en el que Tennesse Williams utiliza algo de su propio pasado para profundizar sobre las enfermedades discapacitantes, la homosexualidad y los hogares disfuncionales dominados por una madre chantajista y como estas situaciones marcaran por siempre las decisiones de los personajes que terminan huyendo de una vida sofocante sintiendose egoístas. Con el simbolismo de las pequeñas fuguras de cristal, esta obra es un contraste entre el deber y el querer y el absurdo de que existe una felicidad completa cuando se toma la decisión de salvarse.
Un tranvia llamado deseo es una obra sobre la aceptación de los más oscuras pasiones y el reconocimiento de los defectos que juzgamos en el prójimo como propio. Con una atmósfera cargada de erotismo, dos protagonistas decadentes se atraen, descubren y finalmente se destruyen. Tenesse Williams incluye también temas esenciales en su literatura la violencia doméstica y las enfermedades mentales, otorgando así una gran dosis de cruda realidad a su obra.
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Citas y frases (2) Añadir cita
LaPetitaLlibreriaLaPetitaLlibreria20 February 2018
What is straight? A line can be straight, or a street, but the human heart, oh, no, it's curved like a road through mountains.
Comentar  Me gusta         10
Edd62Edd6230 September 2018
Yo siempre he dependido de la bondad de los extraños
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Video de Tennessee Williams (1) Ver másAñadir vídeo
Vidéo de Tennessee Williams
En este nuevo episodio de En la biblioteca de, el actor y director Juan Diego Botto nos abre las puertas de su casa para reflexionar sobre el teatro. Shakespeare, Lorca y Tennessee Williams son los tres autores a través de los que se podría entender su teatro. La tragedia de Hamlet y los paralelismos con su historia le marcaron desde que era un niño ya que su padre fue uno de los desaparecidos de la dictadura militar argentina. "Esta obra habla del dolor de un joven por la ausencia de su padre, por eso durante tantos años he estado obsesionado con ella", explica en el vídeo de la entrevista.
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