El gigante egoísta y otros cuentos de Oscar Wilde fue un libro que leí en mis comienzos de lector y me marcó profundamente, mucho más que Corazón, de Edmundo de Amicis o que La cabaña del tío Tom, de Becher Stowe. La conmoción partió del hecho de que Oscar Wilde reúne como en una mezcla de alquimia, los elementos básicos de una narración muy bien elaborada con una pizca de genialidad: Pureza y generosidad; sacrificio y donación; egoísmo y compensación amorosa otras duplas de valores y antivalores que oscilan en sus cuentos y que nos despiertan emociones sumamente escondidas a sus lectores. Wilde es un verdadero clásico, un estilista de los más puros. Quien no lo lea se estará perdiendo de mucho. Incluso su teatro es igual de buenísimo. Oscar Wilde no tiene pierde.
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