Hace muchísimo tiempo que no leía cuentos y fue grato volver a quedarse con ese regustillo de las enseñanzas y moralejas que dejan los cuentos de hadas, aunque en este caso me han resultado algo tristones y dramáticos Con una crítica hacia a la superficialidad de las personas, lo poco que merece la pena hacer sacrificios por quien no se lo merece, pero aún así lo damos todo a sabiendas de que nuestro esfuerzo no será recompensado y con el consabido desgaste que eso supone Los sentimientos, lo que llevamos dentro, la esencia de cada uno es los que nos diferencia de los demás... Lo exterior, las apariencias terminan siendo una ilusión. Lo grande de las personas está en la bondad y en el cariño con las que se hacen las acciones Que de nada nos vale tener si no somos capaces de disfrutar y compartir. Un regalo, un gesto, una acción debe halagar tanto a quien lo recibe como a quien lo da Es bueno tener presente estas enseñanzas en el mundo en que vivimos, dejarnos de tanto tener, y aprendamos a dar un poquito más + Leer más |
Luego de una guerra de secesión, a mediados del siglo XXI, la Argentina se divide en dos países. Una parte declara la independencia y proclama una nueva república: el Estado Libre. Su moderna capital ostenta la riqueza de esta joven y próspera nación. del “lado argentino”, las cosas siguen su camino de atraso, pobreza y opresión. Para los dos países, el otro es el enemigo: hay resentimientos, desprecio y una batalla cultural que amenaza con una nueva guerra.
En ese escenario, un periodista estrella anuncia que está por revelar una verdad explosiva sobre el Estado Libre; antes de conseguirlo, aparece muerto. Su admirador, Julián, decide continuar la investigación; por el camino, se enamora de Emilia, que a cada paso salva la investigación y la propia vida de Julián.
Los descubrimientos de Julián y Emilia obligan a replantearse toda la historia de la Argentina: desde 1810 existe una sociedad secreta dedicada a dividir el país.
Tanto próceres como figuras famosas de la industria, la cultura y la ciencia trabajaron en secreto para conseguirlo.
Entre la sátira y la distopía, por demás atento y agudo de cara a los tiempos que corren, Gonzalo Garcés nos entrega una original apuesta narrativa cuya incómoda actualidad nos recuerda la famosa frase de Oscar Wilde: “La vida imita al arte mucho más que el arte a la vida”.