Nueve lunas

Nueve lunas, una forma de nombrar el tiempo que dura un embarazo. Es poético, dulce, muy agradable e ideal. Es justo todo lo contrario a lo que esa espera supone en la mayor parte de los casos.

Redactado inicialmente en 2009 (no ha perdido ni perderá vigencia) este libro es la crónica de las nueve lunas en las que Wiener vivió una de las etapas más inciertas de su vida. Porque si estar embarazada no es suficiente para sentir cómo tu día a día no está en absoluto bajo control, ella además es migrante y en paro. Un cóctel con muchas papeletas para convertise en un molotov.
Ella habla de ese embarazo real, con incomodidades, dolores (¿cómo que "molestias" si muchas veces te inmovilizan?) y dudas, no de ese retrato de tonos pastel y frases de "Mr. Wonderful" que nos es vendido en innumerables ocasiones.
Y es que no hay dos embarazos iguales, eso es así y hablo por experiencia, pero es que Wiener describe algo que sí es común en prácticamente el 100% de los casos: la incertidumbre por lo que se vive y lo que nos espera, ese ansia porque todo vaya bien mientras te asaltan más miedos y dudas que en ningún otro momento de tu vida.

Su toque de humor negro y honestidad nace del dolor y la rabia y da al libro un matiz genial. Es, sin duda, el libro que me hubiera gustado leer en mi primer embarazo.

La primera vez que escuché a Gabriela hablar fue en la presentación de "Mujeres", de eldiario.es. Me pareció que todo lo que tenía que decir era extremadamente lúcido y, sinceramente, me cayó genial.

Por recomendación de una amiga, este es el primer libro suyo que leo. Aquí Gabriela habla de la concepción, embarazo y parto de su primera hija. Gabriela es una excelente cronista y narra desde lo más recóndito del cuerpo, atendiendo más a lo puramente físico que a lo mental.

Me he reído, he llorado, he sentido como si conociera a Gabriela al terminar de leer el libro. Yo no quiero ser madre pero ella se atreve a hablar de todo tipo de sensaciones, pensamientos que a muchos podrían parecerles desconsiderados o impensables para una persona que va a traer a un ser humano a este mundo.

Tenemos que hablar de esto, del miedo, de la inseguridad, de las dudas que asaltan a alguien que está gestando en su interior a un bichito humano. Porque también forman parte de la maternidad.

Dice Gabriela que "mirar a tu bebé recién nacido se parece a tomar éxtasis. Una mezcla de extrema suavidad, aprensión y ganas de bailar". Madres que me leen, ¿se sienten reflejadas en esa afirmación?