El rey que fue y será

Al poco de que una pandemia nos confinara a todos en casa, me llegó como caído del Cielo el volumen El rey que fue y será, que reúne por primera vez los cinco títulos escritos por el británico T. H. White a mediados del siglo XX, la cual se convertiría en la, denominada por muchos, la mejor saga de fantasía jamás escrita.

El rey que fue y será nos relata la historia del Rey Arturo, los Caballeros de la Tabla Redonda y el reino de Camelot en todo su esplendor pero también con sus sombras. Basándose en las leyendas artúricas y en la novela escrita por Thomas Malory hace siglos, White reinterpretó la vida del legendario Arturo creando una obra repleta de magia, amor, amistad, traición y guerra. Una obra que marcó a toda una generación en Gran Bretaña, siendo la lectura predilecta de infancia de autores como Neil Gaiman o J. K. Rowling, la cual afirmó que White y su saga eran el padre espiritual de Harry Potter.

Además, los libros de White sirvieron de inspiración para películas como la de Disney titulada Merlín el encantador, largometraje de animación que se convirtió en todo un éxito para esta productora.



El rey que fue y será engloba los siguientes títulos:
La espada en la piedra.
La bruja de los bosques.
El caballero malhecho.
Una vela al viento.
El libro de Merlín.
La saga comienza presentándonos a Verruga, mote por el que conocen al joven Arturo, ayudante del mago Merlín, cuyo futuro parece poco prometedor. Sin embargo, el día en que el muchacho saca sin dificultad cierta espada de una piedra su destino cambia para siempre y, con él, el de Camelot.



Es una novela que combina aventuras, tragedia, personajes inolvidables, grandes batallas, tramas que no dan respiro al lector y, aunque no es una lectura corta, sí que te cautiva por su prosa y su desbordante imaginación. La fuerza de la historia, o de sus historias, reside en sus personajes, todos ellos imperfectos, alejados del esplendor con el que se barniza a los héroes en muchas otras historias fantásticas. Por ejemplo, en Arturo vemos una clara evolución: del joven insignificante al Rey con una pesada carga a sus espaldas y, cuyas decisiones y actos, no siempre compartiremos. O otro exponente es un Lanzarote feo y casi deforme o una Ginebra más imprefecta y humana.



Su autor no se limita a plasmar todo aquello que ya conocemos del mundo artúrico, sino que lo reinventa, adapta y transforma obteniendo un clásico moderno que según la edad con que se lea tiene múltiples interpretaciones. Reconozco que puede asustar la densidad de esta obra tan rica, pero creo que merece la pena acercarse a ella y dejarse sorprender.

El rey que fue y será ha sido una lectura muchos más especial de lo que esperaba que sería en un principio, absorbente, atípica y mágica. Toda una tragicomedia de gran calidad y atemporal.



¡Mil gracias a la editorial Ático de los Libros por el ejemplar!
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