El escondite

A raíz de un terrible accidente familiar, Mack se vio obligada a vivir casi en la indigencia. Una oportunidad de oro se le presenta; participar en el juego del escondite en un parque de atracciones abandonado. Solo puede quedar uno, y el premio es suficiente dinero como para cambiar su vida. Una vez allí, las referencias al pasado de los participantes son demasiadas para tratarse de una coincidencia. Alguien sabe perfectamente quien son. Alguien les ha tendido una trampa mortal.

Como os decía, me parecía superatractiva la idea de un parque de atracciones abandonado y un juego infantil llevado al límite. Para que os hagáis una idea, más que un juego del calamar (como lo ha definido la crítica) para mí es una versión moderna del minotauro, el monstruo del laberinto de Creta.

Si bien es cierto que he leído montones de opiniones malas del libro, a mí tampoco me ha disgustado tanto. Estamos ante una obra juvenil, por lo tanto, el ritmo va a ser muy acelerado y la acción es más importante que las relaciones humanas o los vínculos que el lector pueda establecer con los personajes. Es una obra pensada para entretener, no hay más. Es original, es fresca, está bien escrita y se lee deprisa, no se le puede pedir más.

El final es más que aceptable, todo queda bien resuelto. Sí que es cierto que me ha faltado alguna lista con los nombres de los 14 participantes, porque llega un punto que es imposible memorizarlos. En resumen, si disfrutáis de la novela juvenil al estilo Natasha Preston, os puede gustar mucho.

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