El arrecife

Llevaba desde marzo sin leer nada de Edith Wharton y ya tenía mono de volver a ella. Es una autora que me encanta como escribe, y eso es lo que para mi ha salvado esta lectura.

Publicado en su idioma original en 1912, “El Arrecife” narra como se desarrolla el triangulo amoroso cuyo centro es el diplomático inglés George Darrow, dividido entre la devoción que siente por su antiguo amor de la juventud, Anna Leath, y la institutriz de la hija de esta, Sophie Viny, con la que tuvo una aventura en el pasado y que también está sentimentalmente relacionada con el hijastro de Anna; Owen.

Lo mejor que tiene Wharton son sus agudas y detalladas descripciones pscicologicas y sociales. En este caso, aunque hay cierta crítica hacia un tipo concreto de sociedad, esta pierde importancia respecto a lo humano y psicológico de sus protagonistas y el triangulo (porque, seamos sinceros, Owen al final no es tan importante en esta historia) que se nos presenta en las páginas de esta novela. Wharton sabe enseñarnos los entresijos del alma de sus personajes con tal nitidez que sientes que son seres de carne y hueso, profundamente complejos y humanos; creándose una atmósfera moral y psicológica que absorbe totalmente al lector y domina la historia; cambiante como el mar por las subidas y bajadas que sufren según los vaivenes emocionales de los personajes, siguiendo el compas que dictan sus dudas, miedos, celos y decisiones. A esto se presta mucho el aire a obra de teatro que le da el hecho de que la acción tenga lugar en unos pocos escenarios; en Paris y en un elegante y bucólico chateau francés, escenarios perfectos para que cada personaje se mueva y actúe con la precisión de un reloj.

A todo esto hay que resaltar el buen hacer narrativo de Wharton y su refinado estilo; la belleza y precisión de su estilo narrativo sutil y elegante pluma hacen de la lectura un autentico placer que resalta la intimidad y precisión con la que retrata a sus personajes con sus defectos y virtudes. Realmente no hay párrafo de sus obras que no este bien escrito, que no sea una delicia leer. Todo esto se ve desde el principio de la novela. El primer cuarto de la misma nos presenta la relación entre Darrow y la señorita Viny en un Paris brillante y burbujeante de teatros y coquetos restaurantes. Este primer cuarto quizás se me hizo un poco lento y pesado, pero reconozco que como introducción a la historia y a todo lo que va acontecer a continuación es un buen punto de inicio y tiene todo el sentido del mundo. Además precede al segundo cuarto de la novela, que sin duda lo mejor de la misma, donde la rana narración se vuelve intensa y llena de vaivenes y giros de guión que me atraparon totalmente mientras ley.

Y tengo que decir que decir que para mi todo esto es lo que salva totalmente el libro en su mayor parte. Me fastidia mucho tener que decir esto de una autora que me encanta tanto, pero hay cuestiones de este libro que no me acaban de convencer y que me han lastrado la lectura. No sé hasta que punto ha sido porque yo no he entendido el propósito de la historia o los personajes, si es que me falta inteligencia y sensibilidad, o si realmente es que no he podido sentirme identificada con estos aspectos, pero así está el patio. Mi problema principal con el libro es que no he podido empatizar realmente con los contratiempos principales de los personajes, porque me han parecido fácilmente superables, en el sentido de que todos tienen fácil solución desde mi punto de vista. Si, puedo entender que la novela trata sobre el desamor y las mentiras; sobre cómo la cruel realidad es capaz de sobreponerse a cualquier idea romántica o ensoñación inocente; sobre el precio a pagar a veces por felicidad, que convierte en amargo el fruto que se recoge. Realmente estamos ante una historia especialmente agridulce y melancólica sobre el amor y la idealización, las expectativas que generan y que no siempre se cumplen. Y es cierto, también, que la obra se cierra con un personaje que es el gran perdedor de todos los acontecimientos narrados.

Pero me han parecido que son problemas que en muchas ocasiones son artificiales. Nada que una buena conversación a las claras y un poco de sinceridad por parte del protagonista principal de la obra no hubieran podido solucionar en pocas páginas. Sé que con esta perspectiva le quito toda la gracia al libro, lo convierto en una historia sin más, que puede pasarle a cualquiera. Pero me falta algo en esta historia para que me convenza y me permita enfatizar con sus personajes, un drama auténtico y puro que justifique todo lo que leído hasta ahora. Y yo es que eso es algo que en las pocas obras que tenido la oportunidad de leerte Wharton si he encontrado. Sin ir más lejos, empecé este 2020 con “La Casa de la Alegría”. Y llevo todo el año hablando con amigos y conocidos de esta novela y dándole vueltas ¿por qué? Porque el drama humano y social de su protagonista, Lily Bart, me convenció y me cautivo desde las primeras páginas. Incluso aunque cuando me volvía loca con la protagonista y con las meteduras de pata tan absurdas que llegaba a cometer en muchas ocasiones, había algo que me permitía empatizar con ella y con su forma de ser y ver todo eso como algo que realmente podía pasar y que convertía a Lily en un personaje veraz y realista. Me lo creía todo, incluso lo más absurdo. En “ El Arrecife” , Por el contrario, solo me encuentro con un grupo de personas que se esconden cosas entre ellos sin ningún motivo, una historia amorosa que fácilmente podría solucionarse con un poco de sinceridad. Y también de drama, no me parecen que las situaciones presentadas sean de vida o muerte o que me hayan impactado realmente. En cierto sentido, me ha costado mucho tomarme en serio a los personajes principales de la novela, y de ahí que no haya acabado de gustarme todo lo que creía que iba a hacerlo en un principio.

Pero sobre todas las cosas, lo que peor he llevado de esta obra, han sido sus últimas páginas. En el último cuarto del libro, la trama se enfoca en Anna y sus sentimientos. Y aquí me parece que la historia se mete en un bucle infinito y muy pesado del que solo logra salir con el final de la propia historia. La protagonista no para de cambiar de opinión sobre su relación con Darrow, en un momento determinado está decidida a romper con él, y al otro descubre que no puede vivir sin él. Y todo esto una y otra vez, y por motivos que resultan absurdos a más no poder. Y todo esto es sazonado con conversaciones que se repiten todas ellas con diversas variantes, y que no llevan a ninguna parte. Es un bucle infinito que lastro para mí, totalmente, la lectura del final. Y de hecho, lo que cierra la historia no es que ella tome una decisión firme. Es la actuación definitiva de Sophie, que quizás es el personaje que mejor me cae de todos, ya sea porque es la única que no cuenta las cosas desde su perspectiva, ya sea porque es la única con cuyos motivos empatizo porque los entiendo. En el fondo en los tres protagonistas se ve una crítica hacia la alta sociedad que puede obviarse fácilmente. Por un lado nos encontramos con Anna, que al ser una mujer que no ha tenido que hacer nada en su vida, por sus personalidad sensible y romántica acaba abocada a convertir en uno de los centros de su vida su amor por Darrow. Y por el otro tenemos a Sophie, obligada por las circunstancias a ser más practica y a pensar en su futuro pese a ser igual que Anna en lo afectivo.

Para finalizar, decir que creo que aunque no haya sido para mi “El Arrecife” me parece una buena obra por todo lo que he dicho arriba . No he leído mucho del trabajo de Wharton, pero tengo claro que voy a leer más de ella y lo estoy deseando. Y porque creo firmemente que esta no puede ser una de sus mejores obras. Me parece que en muchas ocasiones se riza el rizo argumentativamente de forma muy gratuita, porque sí, con el fin de sacar una historia de donde realmente no la hay. O al menos esa es la impresión que a mí me ha dado. No es el peor libro que leído en mi vida, Wharton, insisto, es una autora que me encanta y me apasiona. Pero no acabado de convencerme del todo y es una pena, porque esperaba que me encantase esta novela.

«El arrecife es una magnífica muestra del refinado talento de Edith Wharton para la disección de las más ocultas intimidades». No, no es de mi cosecha. No podría decir algo así ni aunque estuviese tres días frente a un papel... Entre otras cosas porque las intimidades, por definición, muy a la vista no suelen estar.
Un triángulo amoroso leí por otro lado. 🤔🤔🤔. Algo me falla también teniendo en cuenta que son cuatro los implicados...

No obstante, y dejando de lado estas pequeñeces, esta obra de 1912 (que tanto entusiasmó a Henry James) deja un tanto de lado esa crítica que tan bien se le daba a Wharton para centrarse en los sentimientos de cuatro personas, muy distintas entre sí (tanto psicológica como circunstancialmente): - Darrow, diplomático estadounidense enamorado que no hace ascos a una jovencita en cuanto no sabe "del objeto de su amor"
- Anna Leath, antiguo amor de Darrow, al que dejó para casarse con otro, del que ahora es viuda.
- Owen Leath: hijastro de Anna, enamorado de la institutriz.
- Sophy Viner: la cuarta en discordia. Atad cabos.

¿Es la mejor novela de Wharton? No. ¿Es, como dice ella, un pobre y miserable bulto sin vida? Tampoco

El arrecife (1912), .Otra muestra del increíble talento de Edith Wharton para mostrar la intimidad y complejidad de las relaciones humanas, especialmente las familiares y amorosas salpicadas de ataques a la convencionalidad y transgresiones del comportamiento social. En esta novela, el protagonista o más bien el generador de la historia es George Darrow, diplomático inglés que busca su segunda oportunidad con Anna Leath, romance de juventud y ahora viuda. Anna, que necesita su tiempo mental y organizar sus asuntos provocará la impaciencia y desengaño de Darrow que entablará una relación breve con la joven Sophy Viner. La fugacidad del episodio traerá consecuencias cuando Anna y George por fin se encuentren en Francia. Fabulosos personajes femeninos Sophy y Anna, auténticas protagonistas del libro y triste muestra de la escasa libertad mental y vital que se permitían a sí mismas las mujeres de la época, que no teniendo bastante con la presión y prisión exterior se concedían prácticamente cero concesiones a su propia vida. Anna Leath habría necesitado leer El despertar (novela de Kate Chopin, que podéis encontrar en en la traducción de), una lección de liberación y también la fantástica y divertida Insolación , de Emilia Pardo Bazán.
El arrecife es una historia apasionante, conmovedora y a veces irritante que se lee de un tirón. A los fans de Henry James sin duda os traerá a la mente la extraordinaria La copa dorada ( por Dios, que esta novela es imprescindible).